Estás a punto de irte a dormir, te pones a echar el cerrojo, a apagar las luces… pero empiezas a oír ruidos extraños, puertas que crujen, “¿quién ha encendido la tele? —¡yo no!— Fermín, la tele no se enciende sola, qué me estás contando”, y, de repente, tus electrodomésticos empiezan a hacer cosas muy, muy raras. Porque, como era de esperar, estos problemas comunes con tus electrodomésticos siempre van a pasar cuando peor te viene, es una realidad.
Antes de llamar a los cazafantasmas, déjanos que te echemos un cable—chiste de servicio técnico—y prueba a resolver esos problemas de posesión con nuestra guía temática de Halloween, especialmente hecha para devolver tu hogar a la vida (en materia eléctrica). Para tu tranquilidad, solo contarte que la mayoría de estos sucesos paranormales tienen una explicación muy de este mundo y no de El mundo del revés.

2. El refrigeradora que aúlla a medianoche
Un frigorífico que zumba, vibra o hace ruidos raros en la oscuridad como Chewbacca a las cuatro de la mañana te puede poner los pelos un poco de punta. Es uno de los problemas más comunes en los electrodomésticos y, desde luego, de los que más tensa. Quedarte sin frigorífico es de las cosas más temibles del primer mundo.
¿Qué le pasa? Todos los frigoríficos hacen algo de ruido al enfriar, pero si es excesivo puede deberse a que el ventilador está sucio o el compresor lo está pasando mal para seguir en marcha. Normalmente, solo necesitan una buena limpieza.
Solución:
- Limpia la parte de atrás, esa que normalmente solo ves cuando te mudas — desenchufa el frigorífico antes, haz el favor. El polvo y la suciedad hacen que el frigorífico trabaje más y haga más ruido.
- Asegúrate de que no hay nada dentro que toque las paredes: las vibraciones y los choques amplifican el sonido.
- Consulta el manual para verificar que todo esté bien instalado: patas niveladas, baldas bien colocadas, etc.
Si el lamento boliviano continúa, quizás haya que cambiar el motor del ventilador. Pero vamos que no tienes un frigorífico encantado, lo que pasa es que está cansado, algo con lo que seguramente puedas empatizar con poco esfuerzo ¿eh?.

3. El horno que abrasa como la Inquisición Española
Ajustas el horno a 180 °C, pero tu bizcocho sale más oscuro que el chiringuito de Sauron ¡con lo bien que iba todo! Pero de nuevo, que no pánico el cunda que es de los problemas más comunes entre los electrodomésticos hogareños.
¿Qué le pasa? Calor desigual, termostato roto o ventilación obstruida que convierten tu horno en una hoguera de la noche de San Juan.
Solución:
- Usa un termómetro de horno para comprobar la temperatura real.
- Límpialo con regularidad; la grasa acumulada provoca puntos calientes. Si está demasiado sucio, aprovecha las funciones de autolimpieza como HydroClean o pirólisis.
- Si el calor es irregular, puede que haya que sustituir el termostato. Y sí, antes de comprar un horno nuevo, valora reparar el tuyo. Consulta siempre con un profesional para salir de dudas.
Un horno bien calibrado garantizará que tus creaciones de Halloween den mucho miedo, pero sin llegar a ser mortales.

Averías frecuentes en tus electrodomésticos: viva el bricolaje
Sabemos que estos problemas comunes con los electrodomésticos son un dolor de cabeza, pero, como ves, la mayoría tienen soluciones sencillas y bastante terrenales. No tardarás mucho en arreglarlos o, mejor aún, en prevenirlos. Con un poco de limpieza y mantenimiento, tus electrodomésticos van a funcionar sin traspasar los límites de este mundo y sin conjuro alguno. Eso sí: la seguridad debe ser siempre tu regla de oro. Si crees que el problema es serio o tiene que ver con electricidad o gas, llama siempre a un técnico cualificado.
Si este Halloween tu nevera aúlla o tu lavadora tiembla, recuerda: no están embrujadas, solo necesitan un poco de amor y cuidado. Nueve de cada 10 especialistas en electrodomésticos recomiendan mantener tus electrodomésticos felices y a punto para un hogar sin fantasmas durante todo el año.