Aunque creas que es imposible, tú mismo puedes instalar un fregadero, es una tarea mucho más fácil de lo que en principio parece. Si bien un profesional te puede y debe garantizar la colocación precisa y acabado perfecto, puedes optar por hacerlo tú mismo con algunos pasos básicos y asegurándote de que todo queda bien sellado.
Antes de empezar
El primer paso está claro, medir. Independientemente de cuál sea el tipo de fregadero que vas a instalar, siempre tienes que asegurarte de que el espacio en el que lo vas a poner coincide con las medidas del fregadero.
Tienes que ser lo más preciso posible porque, da igual el sistema de aislamiento que elijas, si hay diferencia de tamaño entre el espacio y el fregadero, el derrame está asegurado.
También es importante que, antes de emprender cualquier tarea de fontanería, cierres la llave de paso del agua. Acuérdate de abrirla una vez hayas acabado para hacer las comprobaciones pertinentes.
Coloca el fregadero
Una vez que has comprobado que el fregadero se ajusta a la perfección al hueco tienes que colocarlo. Es importante que compruebes que apoya por igual en todos los bordes.
También hay que comprobar que está perfectamente recto, de lo contrario, cuando lleguemos a la parte de instalar la grifería y el sifón, podemos tener problemas.
Si el fregadero es encastrado, revisa el empaque si lo tuviera, su función es impedir que se salga el agua. En el caso de que no tenga empaque, aplica silicona alrededor del borde para cumplir ese cometido.
Si el fregadero es bajo encimera, ajusta las grapas para fijarlo en el siguiente paso.
Fijar el fregadero
Si el fregadero es encastrado, para fijarlo necesitas o bien colocar el empaque o bien, si has aplicado silicona en el borde, apretar un poco hasta que se pegue completamente. Luego retira los restos con el dedo para darle un acabado mucho más elegante.
Si el fregadero es bajo encimera o enrasado, tienes que aplicar las grapas de y fijarlas con un destornillador. Asegúrate de apretar los tornillos lo suficiente como para evitar las fugas.
También existe un tipo de fregadero que permite cualquier tipo de instalación. Estos fregaderos son versátiles y te permiten, dependiendo de la estética de tu cocina, elegir una instalación u otra.
En este caso serás tú el que tenga que decidir qué tipo de instalación vas a hacer y cómo tienes que colocar el fregadero para la misma.
Colocar el desagüe
Ahora es el momento de colocar la válvula. La válvula es la primera pieza del desagüe y está fijada directamente al fregadero. Para colocarla tienes que ajustarla a su posición que está debajo del seno.
La mayoría de las válvulas suelen tener un sistema de empaque pero, si no fuera así, puedes usar un poco de silicona para evitar que se salga el agua.
Conecta el tubo que une el rebosadero con la válvula sin dejar de soltarla y prepárate para fijar tanto el rebosadero como la válvula.
Fijar el desagüe y el rebosadero
Sin dejar de soltar la válvula, apriétala con el tornillo, debe estar fuertemente apretada para que no se pierda nada de agua. Comprueba que el fregadero tiene rebosadero y, si es así, apriétalo también con el tornillo preparado para ello.
Instalar bien la válvula y fijarla al seno es un paso fundamental para que no se formen atascos en el desagüe, aunque también es importante hacer un buen uso del fregadero una vez instalado.
Poner el grifo
Aquí hay dos opciones. Puedes poner el grifo en este momento o puedes poner el grifo antes de fijar el fregadero. Si lo haces de esta manera puedes instalarlos con el seno al revés. Será más fácil pero puedes tener problemas a la hora de fijarlo cómodamente.
Instalar el grifo es sencillo pero vas a necesitar una llave inglesa. Lo primero que hay que hacer es instalar las mangueras del agua fría y caliente, puedes poner un poco de teflón en la rosca para que no se pierda agua.
Después de esto fija el grifo al fregadero con los tornillos que vienen en la instalación, primero coloca la junta y después enrosca los tornillos todo lo fuerte que puedas para evitar pérdidas.
Ahora que tienes el grifo fijado, sólo queda conectar las mangueras a las llaves de la pared, asegúrate de conectar el agua fría y la caliente donde corresponda. Como en el otro extremo del latiguillo, si quieres aislar la rosca con un poco de teflón, puedes hacerlo para más seguridad.
Recuerda, después de hacer la instalación, comprobar los grifos, tanto la presión como la temperatura porque de nada sirve instalar correctamente el fregadero si no lo has hecho bien con los grifos.
Colocar el desagüe
El paso más complicado es colocar el sifón universal que es esencial para evitar los malos olores de la cocina. Este paso varía mucho dependiendo de tu fregadero.
Para instalar un fregadero, sólo tienes que unir una parte del tubo con el sifón y la otra con la salida de agua de la pared. La mayoría de tubos tiene juntas ya preparadas para evitar que se pierda el agua pero, si no la tiene, puedes usar silicona para que cumpla la misma función.
Como ves, instalar un fregadero no es difícil si tienes claro lo que hay que hacer.