El acero inoxidable es un producto cada vez más empleado como material en las cocinas domésticas, desde el fregadero hasta los electrodomésticos. Limpiar el acero inoxidable es esencial para que la cocina tenga un toque profesional y para que las superficies no se deterioren.
Cuidar los materiales de los que están hechas las distintas partes de tu cocina va a hacer que puedas disfrutarla mucho más tiempo y que puedas trabajar de un modo más cómodo y seguro.
¿Qué se puede hacer?
Lo primero que hay que saber es que limpiar el acero inoxidable no es lo mismo en todas las superficies. A pesar de que están hechas del mismo material cada una tendrá unas necesidades especiales. En el refrigerador las huellas de los dedos, en el fregadero puede que tengas que limpiar manchas de cal y en la campana lo más común serán las manchas de grasa.
Para el mantenimiento diario, en una cocina doméstica no vas a necesitar más que microfibras y un poco de agua y jabón. Humedece la microfibra y limpia todas las superficies. Luego, tienes que secarlas con un papel.
Para la limpieza semanal puedes usar productos específicos para el acero inoxidable. Elige los que son en gel y no uses limpiadores en polvo.
¿Qué debemos evitar?
El acero inoxidable es bastante resistente y flexible pero, si lo que quieres es que luzca como nuevo, debes tener mucho cuidado porque es fácil que aparezcan arañazos si no lo limpias correctamente.
No es recomendable que uses lejía ni productos abrasivos como el amoniaco o el aguarrás. Los productos abrasivos deterioran poco a poco el acero inoxidable. Acuérdate también de limpiar la lejía que se acumule en tu fregadero. Si lo que quieres es desinfectar, puedes usar productos específicos para acero inoxidable.
Del mismo modo, no se deben usar limpiadores que contengan cloruros, estos acaban deteriorando el material. Para limpiar acero inoxidable es mejor usar productos suaves mezclados con agua.
Tampoco hay que usar detergentes en polvo ni aquellos que contengan microplásticos. Pueden provocar arañazos en las superficies y, a la larga, hacen que el acero inoxidable pierda su estética. Lo mismo ocurre con los estropajos de aluminio y otros utensilios de limpieza duros.
¿Cómo limpiar las marcas de dedos?
Las marcas de dedos en las puertas de tu refrigerador pueden ser un problema, pero no porque sean difíciles de limpiar, sino porque son muy recurrentes: cuando menos te lo esperes, ahí volverán a estar.
Una limpieza diaria nos va a ayudar mucho con este problema. En este caso con un poco de agua en un paño y un papel para secarlo te bastarán. El problema surge cuando no tienes tiempo y las marcas permanecen ahí varios días.
En este caso, la solución tampoco es muy difícil. Basta con usar algún producto suave como limpiacristales, jabón o incluso vinagre y diluirlo en agua. Echa un poco en un paño y aplícalo en la superficie haciendo círculos.
No te olvides de secarlo con un papel luego, con esto consigues que no se queden manchas de agua y que, si queda algo de la huella, desaparezca completamente y el acero recupere su brillo.
¿Cómo limpiar el fregadero?
Un fregadero de acero inoxidable tiene numerosas ventajas, como ya vimos aquí, pero también hay que hacer un mantenimiento correcto porque el material es un poco más sensible a ciertos productos que la cerámica o el cristal.
El principal problema del fregadero es que continuamente cae agua en él y, a la larga, el agua puede hacer que pierda brillo y se vea feo. Por eso es conveniente secarlo con papel cada vez que se moje.
Además, el agua, en algunas zonas, puede dejar manchas de cal que son difíciles de quitar. En este caso, remedios caseros como el vinagre pueden ayudar, pero lo mejor es usar un producto específico para la cal.
En cuanto a las manchas de aceite y grasa, puedes optar por un limpiador específico o por jabón lavavajillas. Cualquiera de los dos es una buena solución siempre que no dejes que la mancha se endurezca mucho.