Es verdad que en las regiones con mar hay pocas cosas en las que sorprender en la mesa: la mitad del trabajo ya lo tienes hecho gracias a una materia prima excepcional. Pero Cantabria no es solo mar y, aunque en nuestras propuestas sobre cómo seducir a un habitante cántabro no van a faltar las anchoas, porque iríamos contra un artículo del código civil (seguro, ni lo vamos comprobar), sí que vamos a dar un paso más allá, concretamente, hacia la montaña.
El abanderado de esta comunidad autónoma es David Bustamante, al que mal a nivel de seducción no le ha ido precisamente, pero de eso ya hablaremos luego. Ahora, a centrarte en estas recetas infalibles para ligar con cántabros, basadas en hechos reales según nos ha contado en la entrevista.
Profiteroles rellenos de crema de anchoas del Cantábrico
Esta no te la esperabas. Si pensabas en poner un bote de anchoas de Santoña en un plato para seducir a un cántabro, hombre, bien está, pero cúrratelo un poco más. Las anchoas son uno de los alimentos más maravillosos que existen sobre la faz de la tierra y el mar, prácticamente da igual lo que hagas con ellas que hablan por sí solas. Una buena anchoa es oro. Y aquí le hemos dado una vuelta a la receta, para que te luzcas a poco que te pongas.
Pastel de cabracho
En realidad, pese a que los forasteros suelan pensar que es una receta de toda la vida, esto se lo inventó Juan Mari Arzak, que es de cerca pero cántabro, cántabro no es. Puedes encontrarlo en varios puntos del norte. Como nosotros siempre lo hemos comido allí o comprado en un súpermercado manchego (sí amigos, la globalización peninsular), te lo recomendamos para enamorar estómagos cántabros. Básicamente, es un pudin de pescado, sencillo, pero con bastante más gracia. El cabracho debe ser uno de los peces más feos del océano, pero sabe a gloria y a marisco. Por eso, merece la pena el dolor de quitar cuidadosamente cada una de sus espinas. ¿Que no lo ves claro lo de cocinar un pez escorpión por si te cargas a alguien? Sin problema, tira por el sorropotún de bonito, que es igual de marinero de luces.
Cocido montañés
Solo la palabra «cocido» ya te indica que no estás frente a una receta hipocalórica. De todos los cocidos que hay repartidos por España tenemos cierta debilidad por el montañés, lo reconocemos —y Bustamante también, que sabemos que le flipa, sobre todo cuando pega el nordeste. Lleva prácticamente todas las partes del cerdo que te puedas imaginar, así que no es apto para todo el mundo ni para todas las épocas del año. Pero un natural de la provincia sabrá apreciar el esfuerzo como ningún otro, porque será consciente de que te has pasado día y pico preparando una receta solo para su estómago y si eso no es romántico, es que el amor ha fallecido.
No sabemos si David Bustamante es muy cocinillas o no, pero que le gusta comer, seguro, así que ahí tienes la clave para seducir a un cántabro como él. Si tienes su planta, lo mismo puedes pedir una pizza (o hacerla) que a tu mozuco o mozuca le va a dar lo mismo, como si le pones un vaso de leche con galletas. Pero él insiste en que lo suyo se basa en la fe, en la persistencia y en cantarte a la oreja. Como dirían Radiohead, no surprises.