¿Cómo limpiar la vitrocerámica fácilmente?

Una cocina sucia es un foco de infecciones y malos olores que acaban afectando a toda la casa. La vitrocerámica es uno de los elementos donde más se trabaja en la cocina. Limpiar la vitrocerámica correctamente, por tanto, es una de las mejores formas de tener la cocina impecable y de prevenir olores y contaminaciones cruzadas. 

Trabaja siempre con la vitrocerámica apagada

Cuando vayamos a limpiar la vitrocerámica hay que asegurarse de que está apagada y fría. Aunque pueda parecer que la suciedad sale mejor cuando está caliente, no es así.

Comprobar esto es más fácil con las placas de inducción, ya que sólo se activan si se ponen sobre ella los utensilios apropiados. Así que, si no hay ollas o sartenes encima, la placa está apagada.

beneficios placas inducción

En el caso de las vitrocerámicas hay que comprobar que todos los fuegos están apagados y fríos y, una vez comprobado, podemos empezar a limpiarla.

Lo primero, una ligera limpieza superficial

Antes de meternos a fondo a quitar las manchas, hay que hacer una limpieza superficial con una bayeta húmeda. Aplica la bayeta suavemente para evitar estropear la placa y para quitar las manchas blandas y los pequeños trozos de comida.

Esto nos va a ayudar a localizar las manchas más difíciles y saber dónde nos tenemos que emplear a fondo, pero también ayudará a reblandecer las manchas más exigentes para que luego nos cueste menos quitarlas.

A fondo contra la suciedad incrustada

Es importante limpiar la vitrocerámica regularmente y, si somos cuidadosos, con la limpieza superficial bastaría. El problema es que, muchas veces, el cocinado deja manchas más exigentes.

Si después de la limpieza, nos han quedado manchas incrustadas, la mejor manera de quitarlas es usar un producto específico para placas. Existen otros remedios como el bicarbonato o el vinagre blanco pero suelen ser menos efectivos.

limpiar vitrocerámica

A la hora de limpiarlo usa una bayeta o, como mucho, una esponja, no utilices estropajos de aluminio porque pueden rayar la superficie de la placa. Lo mismo pasa con los productos abrasivos, pueden hacer que la placa se deteriore.

¿Cómo usar la rasqueta?

Si, después de limpiar la vitrocerámica de esta manera, te sigues encontrando manchas incrustadas (algunas manchas como la leche quemada o ciertas salsas pueden costar un poco más), puedes optar por usar una rasqueta para quitarlas.

Hay que ser muy cuidadoso con la rasqueta porque, si no se usa correctamente, puede hacer que se raye la vitrocerámica. La mejor manera de hacerlo es sujetarla fuerte para que no se escurra y cogerla en un ángulo de 30º.

Una vez limpiadas las manchas, retira el sobrante con una bayeta húmeda, con cuidado para que ninguna partícula estropee la placa. Aplicar a la mancha un poco de hielo para endurecerla puede ayudar en esta tarea.

Un poco de brillo

Normalmente, los productos de limpieza nos ayudan a dejar la placa impecable, pero si además quieres que tenga un poco más de brillo, hay un producto en tu cocina que te puede ayudar.

El truco está en hacer una mezcla de vinagre y agua y empapar una bayeta en ella. Extiende la mezcla suavemente por todos los rincones de la vitro y luego aclárala.

Deja que se seque y verás cómo tu placa tiene un poco más de brillo, lo justo para hacer que tu cocina sea un espacio más luminoso y bonito.

Cuando se quema la placa

agua fuente salud

A veces, alrededor del fuego se forma cerco quemado que es muy difícil de quitar. Ni con la esponja, ni con la rasqueta se quita bien, pero hay un truco casero que quizá te pueda ayudar a acabar con la suciedad.

Haz una pasta con 2 cucharaditas de bicarbonato y 10 cl. de agua. Una vez hecha, extiende la pasta por encima de la superficie quemada y rocíalo de vinagre. Deja actuar durante 5 minutos y límpialo luego con una bayeta.

Un último truco para corregir los desperfectos

Para corregir el deterioro de una placa raspada se puede usar un poco de pasta de dientes. Pon la pasta en un paño y aplícala en círculos por la parte que esté rayada.

Intenta que se reparta lo mejor posible por toda la superficie y que no se queden restos que puedan quemarse cuando enciendas la placa.

Prevenir siempre es lo más importante

Lo mejor es limpiar la vitrocerámica cada vez que cocinemos porque nos va a ser mucho más fácil la tarea y es la mejor manera de conservar impecable la cocina.

no desperdiciar comida

Existen algunos trucos para ensuciar menos la placa. El principal es vigilar la comida mientras se cocina, de este modo podemos evitar derrames.

Usa tapas para ollas y sartenes para que no haya salpicaduras y si, en un determinado momento no puedes evitarlo, actúa rápido y límpialo con papel de cocina o una bayeta húmeda.

Utiliza un menaje en buen estado, con la base plana y con un tamaño adecuado a cada fuego. No los arrastres por la placa, si tienes que moverlos, es mejor que los levantes antes.

No uses la placa como una extensión de la encimera: para cortar el pan, preparar el desayuno, aliñar la ensalada, etc. Usa la placa sólo para cocinar y así evitarás que se raye.

Ya ves que con unos cuidados mínimos, tu placa puede estar siempre preparada para cualquier cocinado. Unos electrodomésticos en buen estado hacen tu vida mucho más sencilla.

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