El ahorro energético es una prioridad en todos los hogares. Es una cuestión medioambiental muy importante pero también es un tema de economía doméstica. Un hogar sostenible, no sólo es mejor para el medio ambiente, también lo es para tu economía, y un lavavajillas A+++ puede ayudarte significativamente.
Quizá la forma más eficiente de ahorrar en tu hogar sea con los electrodomésticos. Son aparatos de uso diario y algunos, como el frigorífico, funcionan las 24 horas del día. Pequeños trucos como usar un lavavajillas de 45 cm eficiente, te pueden a ayudar a ahorrar mucho.
¿Qué son las etiquetas energéticas?
Las etiquetas energéticas son unas pegatinas que llevan todos los electrodomésticos y que nos informan del consumo de electricidad y de agua de los mismos. La clasificación va desde la D para los que menos electricidad ahorran hasta la A de los que más.
Dentro de la clase A los que tienen la clasificación A+++ son los más eficientes a la hora de ahorrar. Son los que aseguran un consumo mínimo y aunque, en principio son los más caros, nos permiten amortizar la compra en un año, aproximadamente.
Para que nos hagamos una idea de cómo funciona: la diferencia entre un electrodoméstico de clase A+++ y otros de clase A++ puede ser de hasta 100 € al año dependiendo del uso que le demos. Este aspecto, en electrodomésticos de tanto uso como el lavavajillas o el frigorífico, es un ahorro energético notable.
¿Cómo ahorras con tu lavavajillas A+++?
El lavavajillas es un electrodoméstico con el que de por sí gastas menos dinero ya que consigues un ahorro energético y de agua frente al lavado de platos manual. Por no hablar del tiempo que ganas para dedicarte a otras cosas.
Imaginemos un hogar con un lavavajillas estándar, para 12 servicios. Si fuera de clase B, consumiría anualmente más o menos 490 kw. Si el lavavajillas fuera de clase A+ el consumo estaría en torno a los 275 kw al año. En el caso de un lavavajillas A+++ hablamos de un consumo de apenas 217 kw al año, esto es, un 31% menos con respecto a los de clase A+.
Este ahorro energético viene aparejado a un consumo menor de agua. Un lavavajillas de clase A+ suele consumir uno 14 l por lavado mientras que uno con la etiqueta A+++ consume una media de 8 l. Muy poco, y más si tenemos en cuenta que en el lavado manual se consumen 8 l al minuto, más o menos, y que es agua que no se reutiliza.
Estos datos pueden hacer que te hagas una idea de lo mucho que se puede ahorrar teniendo en cuenta la eficiencia energética, pero hay otros factores a tener en cuenta como el tipo de lavavajillas u otros pequeños trucos para hacer del lavado de tus platos una actividad con un consumo mínimo.
¿Qué tipos de lavavajillas existen?
Sin duda el consumo, en el caso de los electrodomésticos, está relacionado directamente con el uso y con la capacidad. Pensemos, por ejemplo, en aparatos como el frigorífico que permanece todo el día encendido o en otros como el horno en las cocinas con muchos miembros.
Dentro de los tipos de lavavajillas que existen, el factor que más los puede diferenciar es el tamaño y la capacidad, que está directamente relacionada con el primero. Los lavavajillas compactos van a consumir siempre mucho menos que los que tienen capacidad para 10 o 12 servicios.
No obstante, lo importante es que conozcas bien los distintos tipos de lavavajillas y que sepas cuál es el que te va a ayudar de mejor manera. Una elección meditada y racional es tan importante como el resto de factores a la hora de conseguir consumir menos.
¿Qué más puedes hacer para ahorrar con tu lavavajillas?
Existen más cosas que puedes hacer para ahorrar con tu lavavajillas. Sin duda la etiqueta energética es, como hemos visto, determinante para conseguir un gran ahorro pero existen pequeñas acciones que pueden ayudarte.
- No hagas prelavado, no hace falta que gastes agua enjuagando los platos bajo el grifo. Los lavavajillas están preparados para hacer un ciclo de lavado completo, incluido el prelavado. Es mejor que quites la comida, en seco, con un cepillo.
- Llénalo por completo y, si no puedes esperar, opta por los programas de media carga que reducen el consumo de agua y electricidad hasta en un 20%.
- Coloca bien el menaje en el electrodoméstico. Cada pieza tiene su lugar, el objetivo es aprovechar toda su capacidad y que la limpieza sea más sencilla.
- Conoce todos los programas y usa el que más le convenga a cada lavado. Un uso racional de los electrodomésticos consigue aumentar notablemente su vida útil.
- Limpia el filtro regularmente. Aunque esto no parezca tener relación con el consumo, sí que la tiene y el mantenimiento diario hace que los electrodomésticos funcionen mejor.
Como ves, todo suma si lo que quieres es tener un hogar sostenible, con unos electrodomésticos que ahorren energía y dinero y que tengan el menor impacto medioambiental y además, poder disfrutar de tiempo libre para pasarlo con la familia o amigos.