Puede parecer que instalar un frigorífico es una cosa sencilla pero hay una serie de pasos que solemos pasar por alto y que contribuyen a que el uso del electrodoméstico sea mucho más eficaz y nuestra experiencia más confortable.
Desde la disposición hasta la manera de llenarlo, son muchos los factores que influyen en el correcto uso de uno de los electrodomésticos más longevos de nuestra cocina.
El primer paso: retirar correctamente el embalaje
Lo normal es que el operario que te traiga el frigorífico lo desembale pero, si no es el caso, hay algunas cosas que puedes hacer para que la tarea sea más fácil. Lo primero que debes tener en cuenta es el espacio.
La caja en la que viene suele ser grande así que asegúrate de tener espacio suficiente para manipularla. Si tu cocina no es muy grande puedes usar una habitación de mayor tamaño como el salón o incluso el rellano del domicilio.
Una vez que has quitado la caja y los protectores (piezas de poliestireno, plástico de burbujas…), repasa y retira todos los adhesivos. Recuerda que también suele haber en los cajones y bandejas.
Limpieza a fondo de tu nuevo frigorífico
Ahora que el frigorífico está vacío, aprovecha para hacer una limpieza a fondo porque va a ser mucho más fácil. Usa una bayeta húmeda con un poco de lavavajillas para el interior. Recuerda que productos como la lejía o el amoniaco generan olores que pueden afectar a la comida.
Para el exterior, el producto que uses dependerá del material del que esté hecho. Recuerda que para los frigoríficos de aluminio sólo necesitarás agua, una bayeta de microfibras y secar la puerta bien con papel.
Leer las instrucciones: algo que nunca hacemos
Antes de conectarla puedes aprovechar para leer las instrucciones. En ella vas a encontrar no sólo las características de tu electrodoméstico sino la mejor manera de instalarlo.
Instalar el frigorífico sólo es el paso previo, después tienes que asegurarte de que funcione de la manera más óptima y, para ello, el manual de instrucciones es la mejor ayuda.
La importancia de elegir bien el lugar
Aunque esto es algo que tienes que tener en cuenta antes incluso de comprarlo no está de más, antes de instalar el frigorífico, tener en cuenta el lugar definitivo en el que va a ir situado.
Tienes que tener en cuenta el tipo de frigorífico que has comprado para ver si te cabe en el espacio. Revisa también que no haya cerca una fuente de calor como radiadores o el horno o incluso una ventana. Esto puede alterar la temperatura interior y hacer que el electrodoméstico trabaje mucho más sin necesidad.
Por último, también es importante pensar en la estética y en la comodidad antes de colocar el frigorífico. Es un electrodoméstico muy visible y que se usa mucho a lo largo del día así que debe crear un espacio coherente y ergonómico.
Si ya tienes el sitio, sólo hay que colocarlo
Una vez elegido el lugar, posiciónalo. Manipula el frigorífico con cuidado porque, aunque desenchufado y vacío no pesa en exceso, su envergadura puede hacer que se desnivele y se caiga.
Una vez situado, tienes que nivelarlo regulando las patas. Es recomendable que el frigorífico esté completamente recto para que funcione bien, puedes usar un nivel para comprobarlo.
Toma de corriente
Ya has visto que instalar un frigorífico es sólo posicionarlo y enchufarlo, pero aún hay cosas que debes tener en cuenta antes de encenderlo.
Tienes que esperar un tiempo prudencial antes de conectarlo a la corriente para que los líquidos del electrodoméstico vuelvan a su posición original. El tiempo dependerá del fabricante (por lo que aparecerá en las instrucciones) y del modo de transporte.
Si se ha transportado en posición horizontal habrá que esperar más tiempo que si lo ha hecho en posición vertical, en cualquier caso el tiempo no será nunca superior a 6 horas.
Aunque parezca una obviedad, antes de enchufarlo comprueba si la toma de corriente no está muy lejos del electrodoméstico y si el cable no queda muy tenso al enchufarlo. Si no es así, conéctalo a la corriente.
Elegir bien la temperatura es esencial
Se suele recomendar que la temperatura del frigorífico esté entre 2º y 4º, dependiendo del uso que se haga y de la temperatura exterior. Para el congelador, lo ideal es que esté a -18º todo el año aunque dependerá del tipo de frigorífico y su potencia a la hora de congelar.
La temperatura es importante porque lo ideal es que el frigorífico funcione con una temperatura constante todo el rato, también es esencial para la correcta conservación de los alimentos y para optimizar el gasto energético del hogar. Así que detenerse a pensar en este punto es una tarea muy importante.
Ya está todo listo para guardar los alimentos
No es conveniente introducir los alimentos hasta que el frigorífico alcance la temperatura seleccionada, la mayoría de modelos tienen sistemas para hacer que se llegue a la temperatura ideal lo más rápido posible: repasa el manual de uso.
Observa si tu frigorífico tiene compartimentos especiales para alimentos frescos y, sobre todo, ten en cuenta estas recomendaciones para hacer que la comida dure mucho más sin estropearse.
Después de esto, tu frigorífico ya estará listo para b los alimentos. Si sigues los pasos con atención y tienes claro cómo vas a usarlo y qué necesidades tiene tu hogar además de funcionar a la perfección, será un electrodoméstico duradero y que te ayudará a ahorrar.