Si acabas de comprarte un lavavajillas puedes contratar a alguien que te lo instale y olvidarte de problemas pero, si sigues unos pocos pasos y prestas atención, puedes instalar el lavavajillas tú mismo.
Es muy parecido a instalar una lavadora así que, si ya has hecho esto, seguro que no te supone un problema. Comencemos por lo más obvio.
1- Mide
El primer paso está muy claro: tienes que decidir dónde vas a poner tu lavavajillas. Es importante que tengas cerca una entrada de agua y un desagüe y, por descontado, tiene que tener cerca una fuente de electricidad.
Mide el hueco y comprueba que se ajusta a las dimensiones de tu lavavajillas. Recuerda que la mayoría de lavavajillas tienen 45 o 60 cm de ancho y unos 85 cm de alto.
También es importante que no haya una fuente de calor cerca, podría calentarse el agua y afectar al funcionamiento y al tiempo de los distintos programas.
2- Nivela
La fuerza centrífuga es mucho menor en un lavavajillas que en una lavadora pero, aún así, es muy importante nivelar perfectamente el electrodoméstico.
Si cojea puede hacer que, a la larga, las piezas se desajusten pero además, si no está nivelado, puede haber zonas que no se limpien bien. También la puerta es importante porque, si no cierra del todo bien, puede afectar al funcionamiento del electrodoméstico.
Por eso lo mejor es asegurarte de que la superficie en la que lo instales sea plana, recta y resistente. De esa manera estará nivelada y podrá soportar el peso de la carga máxima.
Si aún así la puerta se abre sola o no se cierra bien, puedes consultar el manual de instalación para localizar las patas de regulación y nivelar el lavavajillas.
3- Conecta la manguera de entrada
Antes de conectar la toma de entrada de agua hay que tener en cuenta algunas cosas. La primera de ellas es que, aunque te parezca que está nueva, no debes usar la de tu viejo lavavajillas en el nuevo. Usa la que le corresponde.
La presión del grifo al que lo conectes no debe ser muy alta, de lo contrario lo mejor es instalar en el grifo una válvula de regulación. Una presión de más de 10 bares puede dañar el electrodoméstico pero es muy difícil encontrar un grifo con una presión así en un hogar común.
Cuando hayas comprobado ambas cosas, antes de instalar el lavavajillas, desconecta el agua y la luz para hacer todo el proceso con la mayor seguridad.
Para instalar la toma sólo tienes que acoplar el extremo del tubo de entrada al grifo y girarlo en el sentido de las agujas del reloj. Se puede asegurar el grifo con un poco de teflón para evitar las pérdidas.
4- Conecta el tubo de desagüe
Lo principal es que no se formen dobleces ni nudos en el tubo porque, de otra manera, las pérdidas de agua estarán garantizadas. Para ello puedes usar guías de plástico o cualquier otro elemento.
Conecta el tubo a un desagüe a la pared o al tubo de drenaje del fregadero. Si el tubo no ajusta perfectamente y ves que queda holgado, puedes usar una abrazadera para cerrarlo bien.
No es indispensable que el desagüe esté a ras de suelo pero es importante que esté lo más bajo posible, de esta manera el agua se expulsará mejor y no se acumulará la suciedad en el tubo.
5- Enchufa el lavavajillas
Comprueba que, después de la instalación, está todo seco antes de enchufar el electrodoméstico. También es importante comprobar que la potencia de entrada a la casa sea la misma que la recomendada para el lavavajillas.
Después de esto, sólo hay que enchufarlo.
6- Posiciona y nivela
Para acabar de instalar el lavavajillas sólo tendrías que ponerlo, con mucho cuidado para evitar que en este paso se hagan nudos en los tubos, en el hueco designado.
Repasa de nuevo que no hay charcos ni zonas húmedas y que las tomas están bien instaladas suficientemente apretadas y, cuando lo hayas hecho, coloca el electrodoméstico.
7- Lee las instrucciones
Un paso que la gente suele saltarse pero es importante. Antes de continuar, lee el manual de instrucciones y, si no lo has hecho, repasa el manual de instalación para comprobar que no te has saltado ningún paso.
De esta manera conocerás los programas y podrás solucionar todos los problemas que te encuentres provocados por el uso. Conocer tu lavavajillas es el mejor modo de prolongar su vida útil.
8- Haz un ciclo de prueba
Usa un ciclo corto, un ciclo que gaste poca electricidad y agua, lo importante es comprobar si hay fugas por algún lado y si el ciclo se completa sin errores.
Los distintos errores de esta primera fase aparecerán en el manual de instrucciones que previamente has repasado y, si no hay errores, ya puedes usar con normalidad tu lavavajillas.
Sigue todos los pasos y repasa cada uno cuando hayas terminado, de esta manera, instalar el lavavajillas se convierte en una tarea sencilla y fácil.