7Es difícil no caer en la nostalgia cuando pensamos en la llama del gas o incluso de una chimenea sobre la que hemos visto hervir un guiso de abuela. El olor inundaba la cocina y nos hacía sentir cómodos y seguros. Nos hacía sentir parte de un hogar. Pero si traemos esta imagen al presente cocinar con gas nos resulta un poco raro, en un mundo donde la vitrocerámica y la inducción se han abierto paso a golpe de tecnología. ¿Es el gas para nostálgicos y amantes de la cocina? ¿O realmente tiene todavía hueco en el mundo de lo táctil? Te contamos los motivos por los que el gas es una forma atemporal de entender la cocina y sus ventajas. Y tú luego decides en qué equipo estás. Spoiler: puedes tener lo mejor de cada mundo.
¿Qué es una placa de gas?
Sí, efectivamente, esas placas que tienen una llama visible azulada. Si no la ves azulada, llama a un servicio técnico, que algo pasa. Estas superficies de cocción se alimentan de gas natural, butano o propano, con fuego directo sobre los recipientes. Su combustión provoca el encendido de la llama, con una intensidad que puedes controlar fácilmente, y calienta bastante rápido lo que pongas a su alcance.
Permiten un control preciso sobre la receta y por eso es tan habitual cocinar con gas en restaurantes y entre profesionales. Y si eres un aficionado a lo gastronómico o vives en un piso de más de 50 años, probablemente, también tengas placa de gas.
Tipos de placas de gas actuales
La tecnología también ha llegado a las cocinas de gas. Actualmente, existen diferentes tipos de placas que combinan esa parte tradicional del fuego con funciones avanzadas:
1. Placas de gas convencionales
Las más populares, con quemadores visibles y rejillas metálicas. Ofrecen distintos tamaños de fuegos y son fáciles de reparar o mantener.
2. Placas de gas sobre cristal
Combinan la potencia del gas con la estética minimalista del vidrio cerámico. Son más fáciles de limpiar y su diseño es un punto más de vanguardia para cualquier cocina, conservando su funcionalidad. Busca modelos de alta eficiencia, como las placas Gas on Glass de Teka. Sus quemadores de alto rendimiento SABAF suponen un ahorro energético del 25 % comparado con la cocina de gas de toda la vida de tu casa.
3. Placas de gas combinadas o “híbridas”
Algunos modelos integran zonas de inducción junto con los fuegos de gas, ofreciendo lo mejor de ambos mundos: precisión digital y fuego tradicional. En el caso de Teka, puedes optar por modelos híbridos ya existentes. O también combinar varios elementos de cocina, como placa de gas con teppanyaki y campana extractora integrada, gracias a los elementos modulares de la serie VarioPro.
Ventajas de cocinar con gas
Cocinar con gas sigue teniendo beneficios bastante imbatibles en las cocinas, y mira que los defensores de las vitrocerámicas y la inducción cada día ganan más adeptos. ¿Algunas de las razones? Pasen y vean:
Control preciso del calor
A diferencia de otros sistemas, la respuesta del gas es instantánea: giras el mando y salta la llama, modulándola a tu antojo. Además, puedes ver claramente (e incluso escuchar, si afinas el oído) la intensidad del fuego. Esto permite ajustar la cocción con total precisión, algo esencial en recetas delicadas o en salteados rápidos. O simplemente cuando quieres que hierva el agua para la pasta y no tienes mucha paciencia. Eso sí, luego no te quejes de que tienes los mangos de las sartenes medio derretidos.
Eficiencia y ahorro
Las placas de gas consumen en general menos energía que las eléctricas, sobre todo si se usa gas natural. Además, no dependen del precio de la electricidad ni de posibles cortes de suministro eléctrico, lo que aporta estabilidad y autonomía. De esto en el apagón nos acordamos todos.
Recuerda que el uso de cocinas modernas de gas reduce el consumo notablemente en comparación con los modelos antiguos. Es verdad que, si tu instalación es de butano o propano, vas a tener que estar pendiente de pedir suministro, por lo que conviene que analices si te apetece. Las placas de gas butano de Teka como esta vienen con inyectores de gas natural incluidos. Nuestro servicio técnico se encarga de la transformación de la placa para el cambio de gas, si te hace falta.
Compatibilidad total con utensilios
Olvídate de estar mirando etiquetas para ver si cazos, ollas, sartenes, woks, cafeteras italianas y similares pueden usarse en tu placa. Raro es que encuentres algún utensilio que no puedas usar para cocinar con gas. Cero preocupación por materiales concretos o bases magnéticas o si la abuela fuma.
Una elección más sostenible
Si utilizas gas natural, ten en cuenta que este emite menos CO₂ que la electricidad generada con combustibles fósiles, por ejemplo. Lo mismo sucede si utilizas biogás. Además, el desarrollo del biogás y del hidrógeno verde abre la puerta a un futuro en el que cocinar con gas sea aún más respetuoso con el medio ambiente.
Diseño y vanguardia
Los nuevos modelos de placas de gas tienen el diseño y la integración en tu cocina muy presentes. Tanto los pequeños detalles —mandos, cromados, colores, acabados— como su ergonomía son una constante a la hora de innovar. Las placas de la serie Van Gogh Museum Edition son un buen ejemplo que aglutina estilo, funcionalidad y durabilidad.
Mantenimiento fácil y sencillo
Seguramente tengas en mente lo que suponía antes limpiar las placas de gas. Vale, pues esto ya no funciona así. Las placas de inducción y vitrocerámicas son muy fáciles de limpiar, pero las de gas ya no suponen el esfuerzo de antes. Piensa que ha sido uno de los objetivos de su diseño actual y cuentan con rejillas desmontables, materiales antiadherentes… se acabó el dejarte las uñas con el estropajo.
Seguridad: mejor de lo que imaginas
Otra de las preocupaciones habituales era el tema de la seguridad: qué pasa si está funcionando el fuego, viene un aire y se apaga la llama. Para tu tranquilidad, las placas modernas cuentan con un sistema que corta directamente el gas si perciben la ausencia de llama.
Tradición y gastronomía
Más allá de lo técnico, cocinar con gas conecta con una forma auténtica de preparar los alimentos: ver la llama, escuchar el crepitar del aceite o ajustar el fuego con un simple movimiento son actos que nos conectan con nuestro pasado y nos hacen disfrutar de la cocina de otra manera. Una experiencia que mezcla otros sentidos, porque al final, la cocina es un batiburrillo feliz de sensaciones que nos hacen sentir un poco más vivos. Que sí, que a veces también agobia, sobre todo cuando estás deseando tirarte en el sofá a perrear, pero el regusto de un plato bien hecho y la satisfacción inmediata siguen teniendo mucho peso.
Por qué elegir cocinar con gas
En tiempos donde la eficiencia y la sostenibilidad están continuamente sobre la mesa, nunca mejor dicho, muchos piensan que el futuro de la cocina pasa solo por la electricidad. Sin embargo, cocinar con gas sigue siendo una opción válida, moderna y consciente. Las mejoras tecnológicas en seguridad, eficiencia y diseño han hecho que las placas de gas sean más seguras y precisas que nunca.
Además, el fuego visible ofrece una retroalimentación instantánea: ves lo que haces, sientes el calor, ajustas al momento. Esa conexión directa entre quien cocina y la llama es difícilmente igualable, las cosas como son.