¿Reciclas bien en casa? Puede parecer una pregunta básica y, probablemente, estés seguro de que dedicas a la separación de residuos los esfuerzos y el tiempo necesario, especialmente en comparación a cuando éramos pequeños. Pero no siempre sucede así. Muchas veces cometemos errores de reciclado de forma inconsciente, lo que se traduce en problemas para la reutilización de basuras cuando llegan a la planta de reciclaje.
¿Por qué debemos separar residuos en nuestras casas?
Habrás oído que las personas somos la primera pieza de la cadena de reciclaje. Cada vez tenemos más contenedores, y separando los residuos en casa, nos resultará más fácil depositarlos en el adecuado. La mayoría de los desechos tienen una segunda vida tras llegar a la planta de reciclaje, de ahí la importancia de separar los restos en casa.
Cómo reciclar en hogares pequeños
Es verdad que por cuestiones de espacio no siempre es fácil disponer de cubos adecuados pero cada vez existen más soluciones para solventar estos inconvenientes y ayudarte. Aparte de tirar de tu ingenio, te damos algunas pistas para fomentar un reciclaje correcto aunque en tu cocina sólo quepas tú y de lado:
Espacios de reciclaje
Tu espacio de reciclaje no tiene que estar necesariamente en la cocina, al menos, no todo. Si bien es cierto que es lo más cómodo para ciertos residuos, si dispones de balcón o terraza, puedes buscar un discreto espacio donde colocar los cubos. Asegúrate de que son cajones o bolsas bien cerradas y protegidas para no generar olores o atraer a visitantes no deseados. Otra opción es contar con un triturador de residuos instalado en el fregadero, que te ayudará con los restos orgánicos.
No acumular residuos
Es recomendable no esperar a acumular mucha basura en casa y tirarla con cierta periodicidad dependiendo del tipo de restos. Y no sólo por la descomposición, también por comodidad para llevarlas a los contenedores de calle, ya que en el caso de la orgánica las bolsas pesan como si fuera cemento en vez de mondas de mandarinas.
Piensa a lo alto y no a lo ancho
Si no dispones de espacios grandes, piensa en tu espacio en vertical. Pequeños cajones apilables pueden ser una buena solución. Así, además, cumplimos con el punto anterior de no acumular residuos. Existen soluciones en el mercado para espacios más reducidos en viviendas que nos pueden ayudar mucho. Si bien los plásticos suelen ocupar bastante espacio, orgánica o deshechos que pueden compactarse, como el papel, no tanto.
Contenedores por colores
Como bien sabrás, los diferentes contenedores se diferencian por colores. Según la ciudad en la que vivas, tendrás 4, 5 o 6 contenedores diferentes, sin olvidar los contenedores específicos. Cada contenedor tiene un color, lo que facilita la separación de residuos, y estos son los principales:
– Contenedor azul. Tenemos que depositar los envases de papel y cartón, plegando las cajas para que quepan bien. Aquí entran periódicos, revistas o folletos publicitarios. Las servilletas sucias, sin embargo, van a orgánico (marrón). En el caso de contener restos, como cajas de pizza, vacíalas de comida primero y luego, ¡al azul!
– Contenedor verde. En él depositaremos el vidrio. No tiraremos las bombillas y fluorescentes fundidos, cristales rotos o restos de la vajilla.
– Contenedor amarillo. En este tenemos que depositar los plásticos y aluminios. Esto incluye tetrabriks, envases de plástico de alimentos o productos de aseo, latas, chapas y tapas de metal o papel de cocina. Eso sí, no deberías tirar CD, juguetes o guantes de plástico.
– Contenedor marrón. Cada vez son más las ciudades donde encontramos el contenedor de residuos orgánicos. En él podemos depositar residuos biodegradables, como la piel de la fruta, los posos de café o la bolsa de las infusiones, pero también desechos orgánicos, como servilletas sucias o tapones de corcho. No hay que tirar polvo, colillas, tiritas, bastoncillos de los oídos o pañales.
– Contenedor gris. Todos los residuos que no caben en ninguno de los anteriores contenedores se deben tirar al contenedor gris con tapa naranja. Aquí podemos depositar pañales, juguetes, colillas, cristales rotos, objetos de plástico o metal que no sean envases.
A estos contenedores hay que sumar otros contenedores para residuos específicos que no deben depositarse en los que acabamos de ver. Por ejemplo, contenedores para pilas o bombillas; puntos SIGRE para medicamentos de las farmacias; contenedores para aceite usado, etc. En general, todas las ciudades disponen de puntos limpios, en muchos casos, estos puntos son móviles. Puedes consultarlo en la web o teléfono de información de tu localidad.
¿Qué pasa con las mascarillas?
En el caso de ser residuos biológicos, es decir, contaminados por pacientes específicos, diagnosticados o bajo sospecha de infecciones, hay que consultar a nuestro centro de salud para seguir un protocolo. Esto sucede con mascarillas, guantes y material desechable, como jeringuillas y similares. En el caso de las mascarillas diarias, podemos tirarlas al contenedor gris. Un apunte rápido: lo ideal sería que cortáramos las gomas, al igual que hacemos con las anillas de plástico de las latas de refrescos, y por las mismas razones.
Consejos prácticos para facilitar la separación de residuos
Ahora que ya sabes dónde va cada residuo, solo tienes que poner en práctica su separación en casa. Para facilitarte las cosas, vamos a ver una serie de trucos para reciclar bien que puedes poner en práctica muy fácilmente.
Separación en origen y recogida selectiva
Separar los residuos es la clave para un correcto reciclaje. No es fácil instaurar un hábito nuevo, tanto si vives solo como en piso compartido o en familia. Pero es un pequeño gesto en nuestro día a día y un gran paso para la humanidad. Intenta tener una bolsa para cada tipo de residuo.
Marcar los espacios
Si en casa tienes varios residuos en un mismo contenedor, bolsas diferentes ayudan a diferenciar entre unos y otros y evitar que los restos de plásticos o vidrio puedan dañar el cartón. No hace falta que te quedes mirando fijamente a los residuos para adivinar si es de plásticos o de orgánico. Con una etiqueta en el contenedor doméstico es suficiente para saber dónde va cada uno, tú y todo aquel que haga uso de ellos. Los cubos con marcas de colores son otra opción para una separación de residuos eficiente.
Las bolsas, del material adecuado
Las bolsas de plástico solo deberían ser para el plástico. Si depositas el vidrio o el cartón en bolsas de este tipo, no las deposites en el contenedor verde o azul. Para la basura orgánica tenemos bolsas biodegradables, más efectivas que las de plástico.
Doblar y comprimir los envases
No hay que romper las cajas o cartones, pero sí que deberíamos plegarlas para que tanto tu contenedor como el de la calle tengan más capacidad. Así podemos reciclar más, y en la calle evitamos la imagen de cartones o plásticos tirados fuera del contenedor.
Tirar la basura regularmente
Si utilizas cubos pequeños, como comentábamos, no tendrás más remedio que bajar la basura casi a diario; pero incluso si tienes cubos grandes, deberías tirar la basura con cierta periodicidad, cada dos días como mucho, para evitar malos olores y otros trastornos. Un pequeño truco: si consumes café, los posos en la orgánica ayudan a mantener a raya el mal olor.
Antes de la separación de residuos, recuerda la triple R: reciclar, reutilizar y reducir. Reducir la basura que generas y el consumo de ciertos envases como el plástico es muy beneficioso para el planeta y el desarrollo sostenible. Reciclar bien está en tus manos, y como ves es algo simple, pero no olvides que cuantos menos residuos generes, más fácil será reciclarlos.