La lejía es un desinfectante inigualable pero también tiene sus desventajas. Su olor puede ser desagradable, puede provocar intoxicaciones, mancha la ropa y su contenido en cloro reacciona con la materia orgánica formando compuestos organoclorados que son perjudiciales para el medio ambiente. Por eso es importante saber cómo desinfectar sin lejía.
Productos con biocidas
Los productos con biocidas son muy efectivos. A pesar de que son de creación reciente, la mayoría de organismos oficiales los recomiendan como un método muy eficaz de desinfección.
No obstante, su uso prolongado puede crear microorganismos resistentes a sus efectos. Es decir, su uso prolongado puede crear superbacterias resistentes a sus efectos.
Productos con oxigeno activo
El oxígeno activo también puede ser muy eficaz para desinfectar sin lejía. En este caso, el principal problema que vemos es que la toxicidad de algunos de estos productos es igual, o incluso mayor, que la de la lejía.
Es decir, en este caso nos encontramos con productos muy similares a la propia lejía.
Vinagre blanco
Por mucho que pueda parecernos un remedio casero con más leyenda que efectividad, el vinagre blanco es una alternativa real para desinfectar sin lejía.
El ácido acético se ha demostrado que es muy eficaz para acabar con las bacterias y también va muy bien para abrillantar. No hay que confundir el vinagre blanco con el vinagre de vino blanco. En el primero estamos hablando del vinagre específico de limpieza.
Agua oxigenada
El agua oxigenada es un desinfectante muy reconocido cuando hablamos de heridas así que, no es raro que se piense en él como una alternativa para desinfectar sin lejía.
Es muy eficaz en la vajilla pero también en las superficies y en los electrodomésticos pero hay que tener en cuenta que no hay que mezclar nunca lejía y agua oxigenada porque se crea ácido periacético que es muy corrosivo.
El limón
A pesar de no ser tan eficaz como la lejía, el limón también tiene propiedades antibacterianas, de hecho, históricamente se ha usado con esa función en la cocina.
Ahora quizá no esté tan extendido su uso antibacteriano pero, de todas maneras, se ha implantado en nuestra gastronomía gracias a él. Mezclado con sal, potencia sus efectos.
Aceite de árbol de té
Entre sus muchas propiedades, también está la de ser una opción para desinfectar sin lejía. Es muy efectivo mezclado con agua y menos mal porque, usado en solitario, puede ser muy caro.
Puedes mezclar el aceite con alcohol para hacer un potente desinfectante de superficies pero también puedes añadir un poco de aceite al jabón líquido de manos para desinfectarlas de un modo más completo.