Consejos para consumir menos con el horno y ahorrar energía

Aunque cada vez el tiempo nos da más cuartelillo, gracias a las inigualables temperaturas del cambio climático con camiseta de manga corta en octubre, ya llega la bajada de temperaturas. Este año, especialmente, a todos nos preocupa el consumo energético en casa. Pero antes de que te pases el día consultando páginas para ver en qué tramo horario es mejor enchufar la tostadora, vamos a darte algunas pautas básicas para optimizar el consumo en casa aunando las dos cosas que mejor se nos dan: los electrodomésticos y cuidar de ti. Hoy nos ceñimos a ahorrar energía con el horno.

Sacar partido al horno y aprovecharlo para optimizar su consumo es posible y necesario, por ahorrar energía en casa y al planeta. El uso del horno va de la mano, además, de una dieta más saludable. Aunque ya hicimos un repaso de puntos clave para utilizarlo de la mejor forma, te damos unos consejos rápidos para afrontar la llegada inminente de la Navidad y otras reuniones familiares sin tirarte de los pelos por usarlo. Porque ese olor que dejan los platos cocinados el horno en toda la casa, bien merece leerse este post.

Cocinar por orden de prioridades

Si te planteas hacer una comida a base de horno, trata de economizar tiempos de uso según la receta. Por ejemplo, los que requieren de mayor temperatura, dejarán el horno bien atemperado para meter aquellos que se cocinan a una media de 150 0 180 grados.

Igualmente, puedes aprovechar el calor residual al final de las recetas para, por ejemplo, calentar el pan y dejarlo más crujiente. O incluso para que los platos se mantengan calientes hasta que os sentéis a la mesa.

El horno cocina, no descongela

Aunque a veces no nos quede otra, y lo utilicemos como tal, ya sea para un pizza o para carne, lo cierto es que lo correcto por muchas razones es descongelar los alimentos en el frigorífico. Que sí, que cuesta acordarse, pero para eso están las alarmas del móvil. Lo sacas por la noche (o media hora antes, si es pequeño) y ya te aseguramos que vas a ahorrar energía con el horno.

Intenta cocinar más en el horno, es saludable y el sabor de los alimentos se conserva. ¿Qué tú lo que quieres son unos nuggets crujientitos? Pues ya no hace falta una garrafa de aceite, puedes freír en tu horno.

Porciones pequeñas, mejor que mejor

Las porciones pequeñas, troceadas, o los filetes de carne más finos, son una forma de lograr un cocinado uniforme pero más rápido. La carne no tiene por qué perder su jugosidad y no estarás tres días horneando un pavo.

Utiliza todo el espacio de tu horno

El horno alberga todo un mundo interior con diferentes alturas y bandejas. En muchos casos, puedes cocinar varios alimentos al mismo tiempo, solo tienes que colocarlos a diferentes alturas. No solo ahorras tiempo, también dinero. Si te preocupa que se mezclen los olores, también existen recipientes específicos creados para esto, como sucede con aquellos preparados para cocinar al vapor.

Aprovecha el calor residual

Para calentar el pan, como hemos mencionado, muy bien. Pero, de hecho, si estás cocinando algo, puedes tranquilamente apagar el horno los últimos minutos: el calor seguirá cocinando el alimento, con el electrodoméstico ya apagado.

Lee la receta, lee las instrucciones

Sabemos que puede dar pereza, pero tienes que confiar en nosotros: la mayor parte de las veces, leer cómo funciona tu horno te va a hacer optimizar su uso. Y eso también significa economizar el consumo. Con las recetas pasa un poco lo mismo. Lee bien las temperaturas recomendadas, estudia cómo se comporta tu horno, y entiende por qué si en la receta pone “a 190 grados”, ponerlo a 250 no parece una buena idea.

Invierte en un buen horno

Tener un horno relativamente nuevo te va a ayudar inequívocamente a ahorrar por su clasificación energética. Por otro lado, el aislamiento va a ser mucho mejor. A medida que pasa el tiempo y según la calidad del horno que tengas, las gomas y el aislamiento va en declive. Por eso es importante cerciorarnos de que se mantiene en buen estado. Lo que pase en el horno, se tiene que quedar en el horno.

No nos podemos despedir sin dejar por aquí nuestro mantra repostero y de ahorrar de energía con el horno: NO abras la puerta. Aguanta la puerta, como Hodor en Juego de Tronos. Da la luz interior, mira a través del cristal, pero por favor, no abras la puerta. Se escapa el calor, los bizcochos se desinflan como por arte de magia y haces que el horno necesite realizar un esfuerzo extra para volver a su temperatura. Todo mal.

¿Quieres practicar estos consejos? Pues tus deseos son órdenes. Aquí unas cuantas ideas para un menú de primer y segundo plato, con postre y café. Ni en los mejores bautizos y comuniones: