Un buen frigorífico es de vital importancia en una cocina. Nos permite almacenar los alimentos en el mejor estado y planificar mejor nuestras semanas y meses. Cada vez más a menudo puedes encontrar innovaciones en los electrodomésticos y partes específicas para la conservacion de determinados alimentos, prolongando su vida y preservando sus nutrientes. Pero, dependiendo de tus necesidades, algunos alimentos están mejor a temperatura ambiente, como sucede con algunas frutas. Te contamos por qué guardar frutas en el frigorífico, cuáles y por qué otras conservan mejor sus nutrientes de otra forma.
Melones y sandías
Es muy tentador meter los melones y las sandías en el frigorífico, son las frutas estrella del verano y nos encanta que estén bien fresquitos. Pero no es recomendable conservarlos en el frigorífico.
Si lo hacemos mientras están cerrados, pueden perder betacarotenos y eso afecta a su sabor y propiedades. Lo mejor es dejarlas fuera cuando están cerradas y meterlas en la nevera al abrirlas. Pero las temperaturas óptimas son distintas: aproximadamente, 7 °C para el melón y 10 °C para la sandía.
Frutas tropicales
Son frutas que han crecido y se han desarrollado a altas temperaturas y con un buen nivel de humedad así que son muy susceptibles a las bajas temperaturas.
Mangos, papayas, melocotones, albaricoques, kiwis… son un buen ejemplo por qué no guardar ciertas frutas en el frigorífico. Necesitan calor para estar en su mejor condición y, en el frigorífico, perderán parte de sus nutrientes y de su calor propio. Lo mejor en este caso es conservarlos fuera y comerlos maduros. En el caso del aguacate, ese alimento que puede estar verde una semana y luego madurar en cinco minutos, no sabríamos qué decirte. En principio, sigue las mismas directrices que sus hermanos tropicales. En la práctica, su maduración es una emoción constante.
Plátanos
Los plátanos son muy parecidos a las frutas tropicales. De hecho, los separamos del resto de frutas tropicales porque es una variante de la banana tropical.
La temperatura óptima de almacenaje es de 13 °C. En el frigorífico empiezan a coger el color marrón y se deterioran rápidamente. Existen trucos para alargar su vida, pero todos pasan por dejarlos fuera del frigorífico. Los fruteros también recomiendan envolverlos en papel para que aguanten un poco más, algo que seguimos a pies juntillas.
Los cítricos
Es cierto que los cítricos se estropean muy rápido con el calor así que no conviene dejarlos mucho tiempo fuera. Aunque el frío y la humedad del frigorífico tampoco es que les vaya muy bien. Con el frío y la humedad se daña la piel y el interior se torna acuoso, perdiendo gran parte de su sabor. Lo mejor para estas frutas es, sin duda, conservarlas fuera y consumirlas lo antes posible.
Los tomates
Las variedades de tomate que existen son casi infinitas pero todas tienen un punto en común: su temperatura óptima de conservación está por encima de los 15 °C, es decir, no sólo fuera del frigorífico, sino fuera del frigorífico en un lugar no muy frío.
Si se conservan por debajo de 10 ºC, se puede producir una anomalía en su maduración y, con ella, daños en la fruta: el tomate puede reblandecerse, tener un color anómalo y seguregar un líquido que acelere su putrefacción.
Bayas y frutas del bosque
Las bayas, los arándanos, los frutos rojos… son un caso parecido al de los cítricos. Aguantan bien en el frigorífico aunque su alto contenido en agua hace que se acaben deteriorando. Aquí el dilema está en que fuera, son muy susceptibles a la proliferación bacteriana. Lo mejor, como en el caso de los cítricos, es consumirlos cuanto antes.