Aunque pueda parecer otra cosa, su funcionamiento es bastante sencillo, pero no solemos reparar en él, simplemente nos limitamos a ponerla y ya está. Hoy veremos cómo funciona la lavadora.
Llenar el tambor
El primer paso es llenar el tambor, esto se hace a través de una bomba que trae el agua de la toma del hogar. Dentro del tambor hay un sensor que hace que la bomba se detenga cuando está llena.
Mientras se llena el tambor, este gira para que la ropa se mueva y se moje toda por igual. El giro del tambor es el mecanismo esencial de la lavadora y está presente desde sus orígenes.
Lavado
Mientras el tambor se llena de agua cae el jabón del cajetín y así toda la ropa se impregna de agua y jabón. Si has optado por lavar con agua caliente, una resistencia calentará el agua para que esté a la temperatura que has seleccionado.
La carga del lavado la lleva el tambor que gira a un lado y al otro para que toda la ropa se llene de jabón. El giro lo realiza mediante un motor y, si no es inverter, usará una correa para transmitir la fuerza al tambor.
Aclarado
Aquí es la bomba la que hace el trabajo. Primero vacía la lavadora de agua sucia y luego la vuelve a llenar de agua limpia mientras que el tambor gira para que el agua quite el jabón de todos los rincones de las prendas.
Este proceso se repite una y otra vez hasta que la ropa queda suficientemente aclarada —siempre hay que tener en cuenta que queda el centrifugado.
Centrifugado
Uno de los pasos esenciales por el que a menudo nos preguntamos cómo funciona una lavadora. Lo primero que hay que saber es que el tambor de la lavadora se compone de dos tambores concéntricos. El primero es en el que se mete la ropa y el segundo, que es más grande y que no vemos, sirve para albergar el agua y canalizarla.
En el centrifugado, el tambor gira a la velocidad a la que lo hayamos programado y la fuerza centrífuga hace que el agua salga despedida al segundo tambor donde se canaliza. De esta manera la ropa sale lo más seca posible.
Programas
En los distintos programas de la lavadora se ponen en juego sólo unos pocos factores: la cantidad y temperatura del agua, la velocidad de giro y centrifugado y el número de enjuague.
Estos factores combinados son los que, al final, consiguen que nuestras prendas tengan el lavado que mejor se ajuste a sus necesidades. Así para un tejido subirán más o menos la temperatura del agua o harán más o menos ciclos de aclarado.