¿Sabías que la cocina potencia el ingenio? El arte culinario tiene un gran número de beneficios para tu salud, y no solo a nivel nutricional. Además de mantener tu cuerpo en buenas condiciones potencia tu creatividad, ayudándote a combatir el estrés, la ansiedad y otros focos de malestar tan presentes cada día.
Cocina terapéutica
Tradicionalmente se ha entendido que los beneficios de cocinar tenían que ver con ingerir alimentos. Existen recetas recomendables en determinadas situaciones fisiológicas, y la mayoría de enfermedades pueden tratarse mediante una buena alimentación. En el caso de enfermedades relacionadas con aspectos más psicológicos, también podemos sacar provecho de la cocina.
Si tus condiciones de salud dependen de alteraciones crónicas, como diabetes, o de alergias alimentarias e intolerencias, tu dieta está hecha a medida de tus necesidades. En casos de enfermedades transitorias también pasamos por dietas específicas, como en el caso de los trastornos gastrointestinales. Una buena dieta es un coadyuvante idóneo para tu salud.
Pero además, reservar un tiempo diario a nuestros fogones puede ayudarnos no solo a mantener una dieta saludable y equilibrada, sino también a mantener la paz mental y emocional.
La cocina como potenciadora de la creatividad
Improvisar como clave culinaria
Existen muchas técnicas culinarias diferentes, y cuando entras en la cocina las cosas no siempre salen como esperabas. Muchas veces tienes que adaptar la receta a los ingredientes que tienes en la alacena, o cambiarla porque te has saltado algún paso. Esta necesidad de improvisar no tiene por qué dar pie a un plato poco atractivo: aprovecha para jugar con las cantidades y los ingredientes y, por qué no, aprovecha también para descubrir sabores que no habías atrevido a probar antes.
¿Especias? Sí, por favor
El mundo de las especias te va a abrir un nuevo campo de juego. Prueba especias que habitualmente no utilizas en la cocina en cada uno de tus platos. Con frecuencia abusamos de salsas articiales para añadir sabor a muchas recetas que podemos aderezar de manera significativa utilizando diferentes hierbas aromáticas.
Cocinas del mundo
Una de las mejores opciones para disfrutar en la cocina es aprender nuevas recetas y sabores de diferentes partes del mundo. Existe tal variedad de recetas al alcance de nuestra mano que merece la pena perdernos para conocer un poco más sobre los platos típicos de otros países. La globalización ha propiciado la existencia de muchos ingredientes base de los que no disponíamos anteriormente en nuestra cocina tradicional, ayudándonos a descubrir platos repletos de sabor, y propiciando la fusión gastronómica.
El placer de comer con los ojos
Recrearnos con la presentación de nuestras recetas se ha convertido en una parte más del arte de cocinar. El plato es el primer elemento que percibimos al sentarnos a la mesa, y es cierto que todos comemos con los ojos. Emplatar constituye el toque final a todo un cuidado proceso de preparación, así que no tenemos que descuidarlo. Trata de potenciar al máximo este acabado y descubrirás que usas vajillas que ni sabías que tenías hasta para presentar un huevo frito. No te olvides de sacar fotos, por favor.
Recuerda que cocinar y sentarse a la mesa es uno de los actos sociales con los que crecemos. Experimenta el placer de cocinar para otros, independientemente de tu experiencia como chef. Tienes un amplio abanico de recetas a tu alcance para ir probando y disfrutar con la gente que más quieres. Sólo tienes que lanzarte.
Cocina para luchar contra la ansiedad
Las artes siempre son una vía de escape. Así que, como era de esperar, se ha demostrado que cocinar es una actividad muy útil para combatir el estrés y la ansiedad. La liturgia que envuelve preparar la cena, aunque no siempre podemos prestarle la atención debida, arranca en el mercado y acaba en el momento en que rebañas el plato. El rato que pasas en la cocina es ideal para desconectar de tu rutina diaria.
La alta dosis de concentración que requiere seguir los pasos de una receta contribuye a desconectar de nuestros problemas cotidianos y evadirte de la presión del día a día. Además, existen tantas técnicas culinarias que puedes estar en un proceso permanente de aprendizaje y creatividad.
Aprender nuevas recetas tiene un efecto positivo sobre tu cerebro, que se verá recompensado cada vez que domines una nueva forma de cocinar un plato o que por fin consigas un arroz en su punto. Eso sí, recuerda que el objetivo no es crear una nueva obligación, sino descubrir una nueva forma de dar salida a nuestra imaginación y de sentirnos bien con nosotros mismos.
Cultivando el arte de cocinar
Inevitablemente, cuando conseguimos terminar una deliciosa receta, la recompensa de un trabajo bien hecho nos va a hacer sentir mejor. Y se va a convertir en un extra de motivación para cada día. Pero estas pequeñas recompensas a corto plazo no son las únicas que vamos a obtener de los fogones:
Paciencia y concentración
Este proceso de aprendizaje introducirá ciertos valores en tu rutina diaria. Por ejemplo, la cocina es muy útil para desarrollar la paciencia y la atención a los pequeños detalles. Una de las consecuencias lógicas de la vida típicamente urbana es la falta de concentración debido a la gran variedad de estímulos y a las exigencias habituales de nuestro entorno. La meticulosidad de muchas de las recetas que podemos llevar a cabo nos van a mantener centrados en los ingredientes y pasos a seguir como el mejor de los mantras. Gracias a la cocina vas a cultivar el «aquí y ahora».
Somos lo que comemos
Por supuesto, también te va a ayudar a tomar consciencia sobre tu alimentación y el proceso de elaboración de cada producto. Previsiblemente mejorará tu salud gracias a la selección de ingredientes, la elaboración y la variedad de tu alimentación. Sí, también te puedes dar pequeños caprichos, q todos nos encanta la pizza, pero estamos seguros de que a la larga, notarás diferencia incluso en tu peso.
Mejor todos juntos
Si tienes la oportunidad de cocinar con otras personas, el arte culinario es un potenciador de habilidades sociales. No en balde lo utilizan muchas empresas en sus dinámicas de grupo. También es muy interesante a la hora de reforzar lazos familiares y enseñar valores a los pequeños de la casa. La cocina enseña confianza y ayuda a delegar en otras personas. Puede ayudarte a apreciar la contribución de tus compañeros al resultado del trabajo e incluso a mejorar tus habilidades comunicativas.
La vinculación entre cocina y emociones ha conducido a muchos terapeutas a emplear la gastronomía en sus tratamientos. Y es que la cocina potencia el ingenio, pero además pone en juego todos tus sentidos y te aporta un componente químico-biológico que favorece tu estabilidad física y mental. Y tú, ¿cuánto tiempo inviertes en tu cocina?