El verano se lleva fenomenal con lo de sentarte en una terraza con tu caña a pedir unas tortillitas de camarones en una freiduría. Pero solo de pensar en hacerlo en tu casa en pleno agosto, se te abren las carnes. Afortunadamente, hay soluciones para todo y esta viene con extra de queso: ¿qué te parece hacer en casa recetas crujientes de verano sin miedo a que te de un golpe de calor? ¿Y si además te ahorras oler a calamares a la romana? ¿Y si ya rizamos el rizo y logramos quitarle calorías a platos crujientes dejando su sabor? Ni en tus mejores sueños, vamos, o por lo menos eso pensamos nosotros cuando nos llevamos a la boca la primera patata frita sin remordimiento y sin que nuestra cocina parezca los antiguos altos hornos de Bilbao. El caso es que quieres fritos de los que crujen aunque haya 40 grados y no sabes cómo, ¿verdad? Pues como en los mejores clickbaits, lo que sucederá a continuación, te sorprenderá.
AirFry: ¿freír con aire o acabar frito?
El concepto de las freidoras de aire va un paso más allá cuando logramos la mejora en forma de electrodoméstico. Los hornos tipo AirFry aíslan el calor por un revestimiento y acabado profesional, así que no se escapa ni un grado de ahí dentro para depositarse en tu cocina. Por otro lado, no importa que tengas una cocina de las que hay que entrar de lado: existen diferentes tamaños y los hornos de 45cm encajan hasta en las cocinas más breves.
El caso es que la función AirFry se encarga de cocinar en el horno fritos con apenas aceite que quedan crujientes y sabrosos sin rezumar calorías. Y vienen con mucha menos pereza que usar una sartén o una freidora al uso.
Cuando pasas más tiempo limpiando que cocinando
La otra ventaja de usar un horno para cocinar tus crujientes de verano saludables es que reduces, muy mucho, lo que tienes que limpiar. En vez de cien salpicaduras de aceite—y el gasto que supone, especialmente ahora que el aceite cuesta como el caviar de beluga—, manchas lo justito en el horno. Y si tiene autolimpieza, final feliz para todos. Que puedes usar aceite para cocinar lo que quieras en el horno, claro, pero una cosa es un chorrito y otra media garrafa de aceite de oliva.
Pero ¿y qué se puede cocinar en un horno así?
Ahí queríamos llegar. Naturalmente, tienes los clásicos de toda la vida que te salvan comidas, cenas y aperitivos: patatas fritas, nuggets de pollo, chips vegetales, alitas forever… hasta crêpes. Pero aquí hemos venido a darte otras ideas para conquistar mesas propias y ajenas a golpe de crujientes de verano:
Nachos top
Una fuente de nachos pega en la mesa hasta en el Día de Reyes. El entusiasmo al verla es equivalente a cuando eras pequeño y descubrías que te habían traído el barco pirata de los Playmobil. Y en verano la cosa ya alcanza niveles de ilusión comparables a tener un mes de vacaciones pagadas. Ese subidón de adrenalina con solo 15 minutos, ingredientes básicos y esta receta para seguir las instrucciones y arrancar tus crujientes de verano.
Fingers de aguacate
Un rebozado crujiente y un corazón del querido por todos aguacate. Un entrante para conquistar a vegetarianos y carnívoros con el que además puedes dippear en la salsa que quieras. Mojar en salsa, vamos. ¿Será mojar los churros en el café con leche dippear? Os emplazamos a un próximo post de desayunos para dilucidar eso. En fin, que un menú crujiente no es lo suficientemente crujiente si no hay fingers. Y para hacerlo menos aburrido, el relleno marca aguacate te va a saber a gloria.
Plátano frito con yogur y pistachos
¿Es un principal? ¿Un postre? Es lo que tú quieras, que para eso has pagado el horno. El plátano frito es uno de los platos más deliciosos que ha llegado a nuestra dieta hace relativamente poco y ahora no sabemos vivir sin él. Así que la opción frita sin aceite nos permite mantenernos sanos y no salirnos de la talla por muchos crujientes de verano que nos metamos entre pecho y espalda.