En la mayoría de las culturas, el pan se ha convertido en un artículo fetiche. Integral, de molde, de espiga, de trigo sarraceno, con cereales que no sabías ni que existían... Y sigue siendo nuestro acompañamiento estrella para comidas y cenas, aunque también es un ingrediente para muchos platos y postres. A lo que vamos: hoy te enseñamos cómo conservar el pan.
¿Por qué se endurece el pan?
El pan, como el resto de alimentos, se deteriora por varias causas. Una de ellas es la proliferación bacteriana, los alimentos acaban siendo colonias de bacterias que facilitan su descomposición. Otra causa, y esta es la que nos ocupa, es la deshidratación.
El pan se pone duro por la deshidratación de la miga, es decir, la miga transfiere su humedad a la corteza y se queda seca, y la corteza chiclosa, pierde su textura crujiente. Posteriormente, la corteza transfiere su humedad al ambiente y todo el pan se queda duro.
Cómo conservar las hogazas
A estas alturas habrás comprobado que las hogazas y el pan de pueblo son los tipos de pan que se conservan mejor, tardan mucho más en deteriorarse y eso es por el propio principio que hace que el pan se deteriore.
El hecho de que sean más grandes y con una corteza más gruesa hace que la transferencia de humedad se dé más lentamente. Vamos, que se deterioran igual pero el proceso es más lento. Es por eso que la solución es la misma que para las barras.
Las barras de pan
El objetivo de nuevo es hacer que se pierda la humedad lo más lentamente posible. Puedes meterla en una bolsa de plástico porque esta hace que se mantenga la humedad. Eso sí, solo en el exterior, por eso la miga permanece blanca pero la corteza se queda blanca y correosa. Lo que conocemos comunmente como «pan revenido» o «pan chicloso».
También hay un proceso que se llama retrogradación y que facilita la miga pero también el deterioro del pan. Es un proceso químico inevitable pero que se suaviza en panes de fermentación larga.
En resumen, lo mejor para conservar este pan es hacerlo en un ambiente seco, que no esté cerrado herméticamente y que no sea muy frío. Teniendo en cuenta que los panes más grandes se conservarán mucho mejor que los pequeños. Aquello de tenerlos en una panera en su día para buscar un lugar fresco y seco donde conservarlos no era ninguna tontería, como vesmo.
Panes blandos
En el caso del pan de molde, pan de perrito, pan de hamburguesas…, el proceso es el mismo, también hay pérdida de humedad pero, en este caso, la corteza también es blanda así que conservarlos en plástico no es mala idea. No obstante, aquí también se endurecen los panes, aunque más despacio. Además, la conservación de la humedad mantiene el pan pero también favorece la proliferación bacteriana, por lo que pueden enmohecerse con el tiempo.
Lo mejor es conservarlos en el exterior y a temperatura ambiente, vigilando periódicamente su estado para evitar que les salga moho. Otra posibilidad es mantenerlos en el frigorífico.