Elegir bien depende de que conozcas las opciones que existen. Así que, si quieres hacerte con una secadora que se adapte justo a lo que necesitas, que no gaste mucho y que te haga la vida más fácil, debes conocer primero qué tipos de secadoras existen.
Una secadora es una opción fenomenal para esos días en los que no puedes tender la ropa al sol y para esas prendas que te tienes que poner inmediatamente. Así que, si quieres descubrir cómo te pueden ayudar, sigue leyendo.
Secadoras de evacuación
El funcionamiento de estas secadoras es muy sencillo, cogen el aire del exterior y lo calientan con una resistencia. Este aire caliente llega al tambor y seca la ropa. El excedente de agua y aire que se produce en el secado es expulsado al exterior.
Fueron las primeras secadoras en comercializarse y actualmente están un poco obsoletas. Necesitan un mayor mantenimiento que los otros modelos debido al tubo de desagüe.
Además, son el tipo de secadoras que más consume así que te permitirán un ahorro mucho menor a lo largo del año. Si estás buscando una secadora nueva esta no debería ser tu primera opción.
Secadoras de condensación
Como su nombre indica, el funcionamiento de este tipo de secadoras se basa en la condensación del aire. Por la parte trasera del electrodoméstico entra aire que se calienta con una resistencia y se envía al tambor, hasta aquí todo es igual que en el tipo anterior.
El aire caliente seca la ropa y produce a su vez aire caliente y húmedo. Por otro lado, la lavadora coge aire frío del exterior y lo mezcla con el aire caliente resultante del proceso de secado. Esto provoca la condensación del aire que se convierte en agua y se almacena en un depósito.
Estas secadoras son ideales para esas prendas que necesitan secarse después de un lavado especial y por eso son, de entre todos los tipos de secadoras, las más demandadas por los consumidores. Su instalación, es más fácil porque no necesita una salida exterior, sólo un depósito que se vacía periódicamente.
Además, su consumo energético es de 4,2 kWh en los modelos de 8 kg de carga y eso permite ahorrar energía aunque, como veremos, es un ahorro de energía menor que en los tipos de secadoras que funcionan con bomba de calor.
Secadora de bomba de calor
Este tipo de secadoras suponen una revolución porque, de los tres tipos de secadoras, es la única que aprovecha el calor generado permitiendo un uso totalmente eficiente, con muy poca pérdida de energía.
Su funcionamiento está basado en la recirculación del aire dentro del aparato. El aire circula por la secadora y se calienta, en este caso no usa una resistencia sino un líquido. Una vez calentado el aire llega al tambor y seca la ropa.
El aire caliente resultante vuelve al condensador donde se enfría y suelta el vapor de agua que se almacena en un depósito. El aire que sale del condensador está frío y seco y listo para volver a realizar el circuito.
Este tipo de secadoras realiza el secado a menor temperatura que las de resistencia por eso permite meter algunas prendas que, en los otros tipos, no es recomendable meter.
Su consumo es sólo de 2,2 kWh en los modelos de 8 kg de carga con lo que el ahorro de energía es mayor. Son el tipo más caro pero el ahorro permite que se amorticen un poco más rápido.
Capacidad de carga
El tipo de funcionamiento es importante, como hemos visto, pero no lo es menos la capacidad de carga de la secadora. Este factor está relacionado con la capacidad de carga de tu lavadora. Tendrán que ser similares para que puedas lavar y secar de una sola vez.
En cuanto a la capacidad de carga, existen tres tipos fundamentales:
- Hasta 7 kg de carga: Ideales para los hogares de 2 o 3 personas en los que no se lavan muchas prendas. La ropa de hogar, por su volumen, conviene secarla en ciclos aparte.
- De 8 kg de carga: Es la carga más común porque se adapta con facilidad a la mayoría de hogares. Además permite lavar prendas ligeras y muy pesadas sin que se arruguen mucho.
- Más de 8 kg de carga: Dependiendo de tus necesidades, puedes optar por este tipo de lavadoras. Su capacidad es ideal para hogares con muchos habitantes y permite lavar cualquier tipo de prenda.
En cualquier caso, es importante recordar que nunca es conveniente llenar la secadora hasta los topes porque hay que facilitar la circulación del aire. Si la llenas del todo, puede que tus prendas no salgan completamente secas.
Otros factores a tener en cuenta
Hay que tener en cuenta tanto el funcionamiento como el tamaño a la hora de decidirte por una secadora pero hay otros factores que también puedes tener en cuenta.
Ya hemos visto que el ahorro energético es importante. Además, del modo en el que calienta el aire la secadora, debes fijarte en las etiquetas de eficiencia energética y escoger modelos de clasificación A.
Las funciones extra del electrodoméstico también son importantes. Analiza qué necesitas y busca una secadora que tenga programas que se adapten a tu uso, como los de secado rápido o los de secado programado.
Por último, fíjate en la potencia sonora. Actualmente, las secadoras suelen tener poca emisión de decibelios pero, si el ruido es un problema para ti, puedes decantarte por modelos silenciosos.
Una secadora puede ser una gran ayuda a un precio muy justo pero, a la hora de decidirte por alguna, debes conocer lo que te ofrece y, sobre todo, ser consciente de lo que mejor encaja en tu hogar.