Limpieza rápida de la cocina: lista en 20 minutos

La cocina es la parte de la casa que se ensucia con más frecuencia. También uno de los lugares donde más tiempo pasamos porque, además de cocinar, nos reunimos en ella y, por si fuera poco, aquí solemos tener los cubos de los residuos, un foco importante de suciedad. De hecho, es probable que encontremos más gérmenes en el fregadero que en nuestro aseo. Pero aquí viene la segunda parte: de tiempo para limpiar, vamos más bien justitos. ¿Qué hacemos? ¿Sacrificamos tiempo o higiene? Porque lo sufrir sin necesidad es tontería, te damos consejos para que hagas una limpieza rápida de la cocina, pero eficiente.

Tu cocina siempre debería estar limpia

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Sabemos que una cocina siempre limpia puede sonar a deseo que le pides a una lámpara, pero es más abarcable de lo que parece. Recuerda la importancia de tener la cocina en buen estado: es la zona donde se manipulan los alimentos. Por la misma razón, es un foco natural de gérmenes. Y esta necesidad de higiene incluye también electrodomésticos y despensas, para minimizar en lo posible las intoxicaciones alimentarias.

Damos un repaso a unos básicos para que nada más y nada menos que con 20 minutos tengas lista la limpieza de una cocina de tamaño medio (si tu casa es de telenovela turca, lo mismo te lleva un poquito más de tiempo, eso apúntalo que hay que tenerlo en cuenta).


Paso a paso para una limpieza exprés de tu cocina

Planificación, estar centrado en la tarea, orden y disciplina. Unas máximas que pueden valerte para prácticamente cualquier cosa que se te pase por la cabeza y que nosotros te contamos para que lo apliques a la limpieza rápida de la cocina de forma práctica y eficiente:

limpiar cristales casa

Preparar lo que vas a necesitar

Ten a mano todo lo que utilices para limpiar la cocina, tanto productos como utensilios. Recuerda que los restos de comida, manchas de aceite, etc. deben eliminarse cuando se producen, porque se pueden quitar cuando están resecas, pero es un dolor.

De hecho, puedes dejar preparado en un rincón debajo del fregadero o donde mejor te pille un kit de limpieza básico, el cual debe incluir productos jabonosos, bayeta, estropajo, desinfectantes, desengrasante y papel de cocina para secar. Cepillo, recogedor, fregona y cubo, también a mano.


Preparar el cronómetro

Completamente en serio te lo decimos. Si quieres seguir todos estos pasos más de una vez, te recomendamos que utilices el cronómetro de tu teléfono móvil. Calcula el tiempo de la primera limpieza y, si superas ampliamente los 20 minutos, tendrás una oportunidad perfecta para mejorar este tiempo en las próximas que hagas, no en plan batir récords pero sí organizarte. Evita las distracciones, incluyendo el móvil. Y ya si pones música pues todo fluye mucho mejor, claro.

Poner el lavavajillas o fregar platos

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Ya puedes tener la cocina brillante que si tienes un fregadero lleno de platos la sensación es de caos total. Así que los platos sucios deben ser tu primer objetivo. Echa los restos de comida al cubo de la basura para no liarla con el lavavajillas y a lavar.

Un lavavajillas ahorra tiempo y energía (gasta menos agua que fregar a mano), además de haber muchos tamaños disponibles. Pero si no te quedar otra que fregar a mano normalmente, te aconsejamos que lo hagas como tarea número uno y lo lleves a cabo mientras se hace la comida e inmediatamente después. Porque en otro momento se hace muy cuesta arriba.


Despejar los espacios

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Despeja toda la cocina y recoge lo que tengas suelto. Por ejemplo, mete la comida que tengas fuera en el frigorífico o en los armarios, recoge la ropa sucia y pon en una cesta todas las cosas que sean de otra habitación del hogar para llevarlas a su sitio. Es tremenda la sensación de organización que se te queda en el cuerpo con solo ver los espacios despejados y cada cosa en su lugar.

Para que te cueste menos trabajo esta tarea, mejor abordarla de raíz. Acostumbraos en casa a colocar cada cosa que necesitéis en su sitio bajo esta tríada de verbos sagrada: coger, usar, devolver a su sitio. Ahorra tiempo para limpiar pero también es agradable encontrar las cosas en su sitio y no volverse loco buscando una cacerola.

Esto también viene bien cumplirlo en frigoríficos, armarios y despensas. Trata de seguir un orden lógico a la hora de colocar los alimentos. En el caso de los frigoríficos, los compartimentos están diseñados para saber qué colocar dónde.


Limpiar las encimeras

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Al igual que las mesas, las encimeras acumulan suciedad y objetos. Son la mesa de trabajo e inevitablemente albergan y acumulan de todo: migas de pan, granos de sal o azúcar y manchas ya ni te cuento. No es necesario emplearnos a fondo,  basta con  bayeta húmeda y con un limpiador multiusos.

Limpiar y desinfectar el fregadero

Cuando hayas metido todos los platos y cubiertos en el lavavajillas, se habrá quedado el fregadero vacío. Esto no significa que esté limpio, ya que acumula bacterias. Por lo tanto, retira los restos de comida —una de las tareas con menos fans del mundo— y límpialo con una bayeta y jabón de lavar platos. Puedes rociar luego un poco de desinfectante. Atención porque hasta un retrete o un teclado está considerado más limpio que un fregadero, insistimos.

Para los restos de comida puedes barajar la opción de instalar un triturador en el fregadero. Aunque también hay opciones disponibles de fregaderos con la capacidad de autolimpiarse, por si tenéis dudas de qué se hace en los departamentos de I+D: la magia.


Barrer y fregar el suelo

Es inevitable que el suelo de la cocina se ensucie a diario. No hace falta dejarlo impoluto pero barrer después de cocinar y comer es necesario. Depende del suelo que tengas tu frustración puede crecer, no lo olvides: hay suelos de baldosa que parecen estar constantemente sucios. Además, barrer nos previene de ir repartiendo la suciedad al resto de la casa y encontrarte migas en lugares insospechados, o de pegar un resbalón con los restos de alimentos que hayan caído al suelo. Si además de barrer te da tiempo a pasar un poco la fregona, ya de cine. ¿Otra opción rápida? Una aspiradora o recogemigas.

Tirar la basura

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El último paso. Dependiendo del número de habitantes del hogar y de la cantidad de residuos generados, la basura puede necesitar que la saquemos a diario. La orgánica es la que se lleva todas las papeletas. Si no lo haces, la tarea de limpieza se habrá quedado a medias y se corre el riesgo de que los malos olores invadan no solo la cocina, sino toda la vivienda.

Por otra parte, si acumulas basura (y sobre todo si está abierta), puede que aparezcan insectos en busca de su bufé libre. Esto último es otra de las razones convincentes para mantener la cocina limpia: evitar la aparición de bichos. Es duro leerlo, pero librarse de ellos, mucho más.

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Periódicamente también necesitarás hacer una limpieza más en profundidad de la cocina, pero un mantenimiento diario como el que indicamos es suficiente para el uso habitual del espacio.Y si cuando cocinas vas limpiando y colocando lo que utilices a medida que lo uses, vas a recuperar un tiempo valioso para dedicarlo a… lo que quieras, como si es tumbarte en el sofá a hacer nada, que tiene muy mala prensa pero te contamos un secreto: es algo maravilloso. Y con helado ya, es que es un estado superior del organismo.

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