A pesar de estos tiempos extraños, el otoño y el invierno son épocas de proliferación de resfriados y gripes. Se calcula que entre el 5 y el 15 % de la población mundial se verá afectada por ambas. Existen muchas formas de combatirlas que todos hemos aprendido a estas alturas para otros menesteres: la ventilación, la higiene en manos, las vacunas… pero existen otros métodos para echar una mano nuestro sistema inmune. Ve haciendo hueco en el frigorífico y apunta algunos alimentos para combatir el resfriado y la gripe.
Una dieta equilibrada
Más vale prevenir que curar y una dieta sana es la mejor prevención a medio y largo plazo contra cualquier enfermedad. Los antioxidantes nos van a ayudar, igual que las proteínas, y alimentos como la cebolla, el ajo, aquellos ricos en vitamina C, vitamina B9… y tampoco es tan dramático incluirlos en nuestras comidas, seamos sinceros.
Lo mejor, lo más saludable y lo más eficaz es introducir pequeñas cantidades de estos elementos en nuestra dieta día a día. De esa manera, cuando llegue el momento, estaremos perfectamente prevenidos y los síntomas, en caso de enfermar, van a ser mucho más livianos.
Los líquidos dentro de la dieta
El agua es esencial para prevenir enfermedades y para paliar los efectos del paso del tiempo en nuestro organismo. Nos permite evitar la deshidratación que agrava los síntomas del resfriado, pero también sirve para eliminar el exceso de mucosa y para expulsar las toxinas de nuestro organismo.
Esto sirve como tratamiento cuando estamos enfermos pero también como prevención. El agua es lo más útil y lo que mejor podemos integrar en nuestra dieta diaria, pero también nos van a valer los zumos antioxidantes, los zumos de cítricos y las infusiones. Y no, hasta donde sabemos, el gin-tonic es considerado líquido pero hidratar, no mucho.
Los cítricos
Si pensamos en alimentos para combatir el resfriado, los cítricos seguramente sean lo primero que nos venga a la cabeza. ¿Y por qué? Porque funcionan de maravilla con los nutrientes precisos (no diréis que no es un argumento de peso). Si te has fijado, hablamos de los cítricos, no de la naranja en exclusiva y es porque todos tienen propiedades diversas que van a ayudarnos a prevenir y tratar el resfriado.
La naranja y el kiwi son muy ricos en vitamina C, la mandarina nos aporta muchísimos betacarotenos y el limón tiene un gran valor antiséptico, lo convierte en un remedio muy bueno contra las infecciones, la tos y la inflamación. Lo mejor es ir alternándolos para que sus efectos sean más completos.
El ajo y la cebolla
A la gente que tiene infecciones severas se le recomienda comer uno o dos dientes de ajo al día pero hay que tener cuidado porque el ajo también es un anticoagulante muy potente.
Tanto el ajo como la cebolla son mucho más efectivos si se toman crudos. La cebolla es muy rica en quercetina, que es un antibiótico, un antioxidante y un antiinflamatorio natural, pero además tiene propiedades antitusivas y mucolíticas. Es un remedio muy eficaz para las toses nocturnas y también es muy útil a la hora de prevenir la enfermedad.
Setas y champiñones: muchos y muy buenos
Los alimentos de temporada ayudan a las enfermedades estacionales, es la magia de la naturaleza. Las setas y hongos son alimentos de temporada y, por supuesto, nos van a ayudar a prevenir el resfriado y el resto de enfermedades de la estación.
Tienen muchísimas propiedades antibacterianas por lo que van a ayudarnos no sólo a tratar los síntomas sino a protegernos. En este caso, al cocinarlas, no pierden ninguna de sus propiedades por lo que puedes usarlas como acompañamiento e incluso (dependiendo de la seta) como principal. Además, recoger setas, sabiendo qué recolectamos, es una actividad sencilla que puede integrar a toda la familia.
El zinc
En efecto, el zinc no es propiamente un alimento pero se han documentado bastante que las deficiencias de zinc están asociadas con los procesos gripales, así que su ingesta va a ser de gran ayuda una vez que ya hemos enfermado,
El zinc es un oligoelemento presente en legumbres, en frutos secos, en cereales, en vegetales como los espárragos y en las berenjenas, en pescados como las sardinas y en carnes como el cordero o el hígado de ternera. Por eso, lo mejor es introducirlo de manera variada en nuestra dieta.
Frutos secos y legumbres
Puede parecer que no tienen mucho en común pero les une una propiedad que es muy importante en el invierno y que también lo es, por ende, para prevenir los resfriados: son alimentos hipercalóricos.
Las calorías tienen muy mala prensa porque están detrás del sobrepeso, pero claro, las calorías son importantes. Igual que no atiborrarse de nada en concreto y hacer ejercicio. En invierno, o cuando estamos enfermos, perdemos fácilmente la temperatura corporal y eso facilita la entrada y proliferación de patógenos.
Los alimentos hipercalóricos nos permiten mantener una buena temperatura corporal para que nuestro organismo reaccione rápido ante la entrada de los virus. Además, los alimentos hipercalóricos suelen ser ricos en hierro que ayuda muchísimo a nuestro sistema inmunológico.
El clásico infalible: la miel
La miel tiene múltiples propiedades, es un alimento excepcional para introducir en nuestra dieta y en la de los más pequeños de la casa (recuerda que la miel no está recomendada para menores de 3 años) en el día a día. Desayunos, salsas, postres. etc. nos valen para que esté presente en nuestra dieta. Y no lo decimos nosotros, seguro que lo llevas oyendo en tu casa toda la vida: es uno de los mejores alimentos para combatir el resfriado y para paliar síntomas como el dolor de garganta. Nos ayuda con las defensas y además es antiinflamatorio.
Comer bien es la mejor manera de estar sano y, por qué no decirlo, feliz. Una educación en hábitos saludables vale lo que no está escrito así que en estas fechas, nada mejor que proponerse comer como hubieran querido que lo hiciéramos nuestras abuelas. De calidad, no de cantidad.