En estos tiempos, donde solo por llegar a diciembre vivos ya estamos agradecidos, es donde se manifiesta mejor que nunca nuestra personalidad. El calor del hogar, los momentos con los que queremos, las prisas, las aglomeraciones de la calle, la bajada de temperaturas… hacen que fluya lo mejor y lo no tan bueno de nuestro espíritu. Sabes cómo arrancas este año las fiestas, pero ¿sabes cómo vas a acabarlas? Te hacemos un pronóstico gratuito de tu futuro más inmediato gracias a nuestro test para que averigües cómo acabarán tus Navidades si no cambias tu actitud. Como en “Cuento de Navidad” pero peor escrito:

1. A la hora de afrontar las fiestas navideñas, te consideras una persona…
a) Navideña de pura cepa. Me flipa organizar, cocinar las cenas, comprar y envolver los regalos, poner cortinas de LEDs hasta en el baño… Solo me falta Macaulay Culkin.
b) Siempre es una buena ocasión para ver a los amigos y a la familia, pero con este frío nada que no sea que vengan a verme a mí.
c) Ojalá me echara la siesta el 24 después de un tardeo y amaneciera el Blue Monday.
2. Toca elegir dónde se hacen las cenas de Nochebuena y Año Nuevo este año. Tú…
a) Ya dijiste en febrero en los chats de familia y/o amigos que te encargabas tú. Como los últimos 5 años.
b) Yo pongo la casa, pero que cada uno traiga una cosa que debería ser lo normal. Unos la bebida, otros los entremeses, otro la mesa y las sillas…
c) Justo tienes unos compromisos de trabajo y hasta las 22 h no sales ningún día, una pena. En realidad, tienes acumuladas 5 semanas de vacaciones, pero ya las gastarás entre junio y septiembre, mejor cuando más gente las necesite.

3. Te toca hacer la cena de Nochebuena en casa. Por un accidente doméstico, solo puedes usar un electrodoméstico para cocinar. Rezas para que este sea…
a) La placa. La inducción todo lo puede y ahí cocinas hasta una paella, por si a alguien se le antoja en diciembre. De hecho, tú ya preguntaste qué quería comer cada invitado y tienes un menú de 15 platos. Menos mal que tienes una placa híbrida y una campana a prueba de bombas.
b) El horno. Que metes los ingredientes en una fuente, le das a un botón y te sale una receta de influencer. Pero lo mejor es que el de casa es tan fácil de usar que puede venir alguien a hacer la comida mientras yo veo “Los mejores momentos de la Liga”. Eso sí, son unas buenas navidades.
c) Si no me queda otra y al final tienen que venir a casa, el que venga a cenar que tire de restos del congelador, que ese frigorífico mantendría en perfecto estado hasta un mamut. Un calentón en el horno a vapor y las sobras como nuevas.
4. En tus menús de Navidad nunca puede faltar…
a) Platos con carne, pescado, sin gluten, sin lactosa, para veganos… Mi hogar es un refugio para todas las dietas. Que la gente esté a gusto.
b) Fritos y precocinados. Se ve que se me ha ido la mano porque me han regalado un horno AirFry, a ver si me quitan la pastilla del colesterol.
c) Las tradiciones. Eso sí, con mi toque personal. La carne seca, la verdura que peor pinta tenga, marisco con aspecto de haber sobrevivido a la fuga de un petrolero… así el año que viene, no vuelve nadie, sin reproches.

5. Llega la hora de recoger la mesa. Tú…
a) Me encargo de todo mientras los demás disfrutan de la sobremesa. Menos mal que tengo lavavajillas y aprovecho cada lavado con las bandejas flexibles y los programas especiales. Si no, me como las uvas en diferido.
b) Lo poco que no tengo de vajilla desechable lo meto en el lavavajillas en un programa de lavado rápido y queda como recién comprado. Se queda tan bien y tan seco que ya ni lo coloco en los armarios.
c) Ni la pongo. Tengo una bandeja de comida individual. Luego meto mis platos en el lavavajillas, que ya se encarga él solo de detectar suciedad y optimizar consumo según necesidades y chimpún.

6. Tu agenda estos días festivos está repleta de…
a) Quedadas con amigos y familia, comprar regalos, hacer cosas con los niños, visita a los 30 pueblos alrededor de mi casa para ver las luces de Navidad… comprar la comida no, porque esa ya la compré en septiembre.
b) Casa, sofá y termostato nivel bermudas y manga corta. Eso sí, sin olvidar el espíritu navideño: preparo un meme con música de Navidad que tengo del año pasado y lo mando por WhatsApp a toda mi agenda, desde el comercial de Tecnocasa a mi madre. Y a vivir bien hasta bien entrado enero.
c) Me he convertido en un maestro de dar largas para no ver a nadie a fuerza de “hablamos para vernos estos días”, “te digo algo” y “lo miro que ya sabes que estas fechas son complicadas”.

7. La música que se oye en casa en diciembre generalmente es…
a) Villancicos en bucle. Desde “El burrito sabanero” a “Adeste fideles” o Mariah, 24 horas non-stop con una chimenea de Youtube en la tele.
b) Por mí, no pondría ni una nota, pero hago un esfuerzo y pincho una lista de Navidad de 20 días de música sin parar que ya ha hecho alguien y a tirar.
c) Mi casa parece un centro comercial, pero el de La Jungla de Cristal cuando entran los terroristas. Es un momento perfecto para poner todos sus subestilos de metal y cualquier cosa que abuse de autotone. Y bien alto, para que a los vecinos les dé miedo hasta decirme que lo baje.
8. La mañana del 1 de enero en tu casa amanece así:
a) Todos duermen hasta la hora que quieren. Cuando se levantan, yo ya he hecho churros con chocolate casero, la comida, el postre y unos tuppers por si se quieren llevar algo al trabajo al día siguiente.
b) Si no fuera por el frío que hace, amanecería en casa de otro para no hacer la cama. Pero normalmente amanezco en mi sofá y me hago el dormido hasta que alguien se levanta a limpiar y a preparar la comida.
c) Hago un poder y me despierto a las siete de la mañana para poner a todo volumen en la televisión un canal de los Conciertos de Año Nuevo de los últimos 10 años. Me vengo arriba con las palmas en la marcha Radetzky y la hago a contratiempo. Así hasta que todos estén bien levantados. Feliz año.

¿Cómo acabarán tus Navidades?
Mayoría de «a»: tus Navidades terminarán contigo en Urgencias. No son formas de vivir la Navidad; es echar horas extras gratis a la vida ajena. Vives la Navidad como un sacrificio disfrazado de amor y, aunque hacer cosas por los demás es un acto de generosidad que también enriquece, tu misión para enero es aprender a recibir y poner límites. Que si no, no llegas al año que viene.
Mayoría de «b»: tú, en Navidades como el resto del año, lo que quieres es que el mundo esté a tu servicio y sobrevivir con el mínimo esfuerzo posible. Acabarás tus navidades como has soñado: en el sofá. Eso sí, igual solo, porque aguantarte más allá de diciembre, fácil, fácil, no es. Prueba a hacer algo tú también para los demás y para cuidarte de verdad: te va a sorprender lo bien que te hace sentir. Y hasta perderás peso.
Mayoría de «c»: tú te saltarías las navidades y a la humanidad en general. Acabarás en enero como has empezado diciembre: gruñendo. Es verdad que pueden ser fechas complicadas, pero, sinceramente, para dos días que estamos aquí, tampoco hay que vivir con esa acidez de estómago continua. Más vale disfrutar de lo que tenemos, y de la gente que tenemos, que no hay que dar nada por sentado en esta vida y sí disfrutarla.
