La Navidad pasa. Y usamos ese verbo con toda la intención del mundo. Pasa—sucede—tanto para los devotos de las fiestas como para los que prefieren olvidarlas cuanto antes; pasa también en el sentido de que no viene para quedarse todo el año, así que tranquilo si eres un grinch del mundo. Y una vez expuesta esta polisemia del verbo pasar y lo inevitable de que la Navidad nos ocurra, mejor meterle mano a las fiestas preparados y listos para afrontar otra temporada. Como disfrutones profesionales, creemos en una Navidad repleta de cosas buenas; como personas con los pies en la tierra, también sabemos que evitar los excesos en la mesa y en la cuenta corriente es complicado. Así que hemos puesto a nuestro grupos de expertos en economía doméstica a trabajar, han llamado a sus madres y padres, y nos han dado unos consejos para ahorrar en la cesta de la compra en Navidad que ya querrían en el Banco Central Europeo para sus cosas. Igual no son los mejores, que es un poco clickbait eso, pero útiles son un rato, eso lo firmamos.
Familia y amigos: actúa con antelación
Si bien no siempre es recomendable anticiparte a lo que va a suceder, como ya te dirá tu psicólogo con la ansiedad, aquí sí que conoces el terreno navideño como para organizarte con tiempo. No eludas las conversaciones de dónde se come y cena en las fechas señaladas. Háblalo abiertamente con familia y amigos para poder organizar tu tiempo con la antelación que sea posible. Si alguna de las comidas “grandes” es en tu casa no es lo mismo que si vas a ir a comer a casa ajena. Solo sabiendo esta información, ya puedes empezar a hacer lista de la compra y menú.
Cada uno con su plato
Si tenemos la suerte de juntarnos con familia o amigos para cenar, cada persona o grupo puede traer un plato o bebida. Esto abarata notablemente los costes del anfitrión y su estrés, además de la sensación del que va a disfrutar la cena de no ir a mesa puesta.
Traza un plan, como en las películas
Sí, si, lo sabes. Pero es que lo tienes que llevar a cabo, no vale tener la parte teórica sin hacer el trabajo de campo. Pero no traces un plan en tu cabeza. Apúntalo, porque vas a necesitar mirarlo de vez en cuando. Si tienes que hacer menús completos, platos específicos o liarte a hacer repostería para aprovechar tu horno en vacaciones, apunta todos los ingredientes que vas a necesitar porque de ahí va a salir la lista de la compra que te va a ahorrar unos euros.
El hecho de pasar al papel (o a una App) lo que necesitas para cocinar te va a hacer darte cuenta de que ya tienes muchas cosas en la despensa. También, de que algunas ya puedes ir comprándolas y metiéndolas en el congelador. Lo que nos lleva al siguiente paso.
El arte de congelar comida previamente
No es lo mismo comprar un kilo de langostinos dos días antes de Nochebuena que con cierta antelación, lo tenemos claro. Estudia bien todo lo que puedas comprar con tiempo para congelarlo.
Ten en cuenta que también puedes congelar platos ya cocinados que vas a servir en las fiestas. Salsas, aperitivos, carnes o pescados pueden prepararse los días previos para congelar y sacarlos la noche antes del evento. Así evitamos las prisas, las últimas horas, y darnos cuenta tarde de que no hemos comprado el ingrediente X que tanto necesitábamos.
Ahorra comprando en varios lugares
A estas alturas ya te habrás dado cuenta de qué supermerbcados y qué mercados tienen más baratos o de mejor calidad según qué productos. Lo más probable es que no puedas comprar todo lo de las fiestas y tu día a día en una única visita a un súper. Así que aprovecha para comparar precios, mirar catálogos de oferta y darle caña a las tarjetas y cupones de descuento.
Calcula bien la comida por persona
Es importante no despilfarrar tampoco en la cantidad de comida. Recuerda que la mitad de las veces llegamos al plato principal atiborrados de entrantes. Dos consejos rápidos:
- Apuesta por aperitivos más ligeros y basados en verdura. Son baratos, fáciles y tienen mucha más gracia que muchos snacks con carne. Mejor quedarse corto que organizar comidas muy copiosas.
- Siempre nos quedará la bandeja de turrones y mazapanes si alguien se queda con ganas de más. ¿Cuánta gente has oído que diga al final de una cena de Nochebuena “me he quedado con hambre”? Pues ahí lo tienes.
Haz un arte de la gestión de sobras
Si a pesar de todo sobra comida, podemos resolver este problema del primer mundo organizando bien dichas sobras para conservarlas. Nos va a venir de perlas para los menús de días sucesivos. En general, si vas a consumir los platos en unos 2 o 3 días, no hace falta que congeles. Se conservan bien en la parte baja del frigorífico. No obstante, pescados, mariscos o carne pueden durar en el congelador hasta tres meses.
La cesta de Navidad de empresa
No sucede en cada empresa, pero en muchas todavía sí. En muchas oficinas siguen dando cesta de Navidad con productos que puedes aprovechar para las fiestas. Aunque solo sea el vino, ya te estás ahorrando algo, qué caramba.
Empieza a ahorrar antes
Igual que separamos dinero para otras cosas, no es mala idea crear una hucha para los gastos de Navidad. Aquí incluimos regalos y comidas. Ir apartando al mes automáticamente una pequeña cantidad de dinero hará que no sea tan dramático afrontar las fiestas y el extracto bancario en enero. Si ya sabemos que vamos a gastar, mejor comenzar a ahorrar cuanto antes.
Evita tarjetas de crédito
De verdad, en estos casos, si no se puede, no se puede. La Navidad no significa tener que gastar porque sí. Hay pequeños detalles que la hacen especial. Si todo pasa por la cartera, es que algo no estamos haciendo bien, seamos sinceros. Vigila mucho la deuda acumulada en tarjetas de crédito y la financiación para ciertas cosas. Si no hay una necesidad real, no gastemos un dinero que no tenemos.
Back to the basics: se lleva la sencillez en Navidad
Trata de no elaborar comidas y cenas de muchos platos, ni con productos muy caros. No es el mejor momento para comprar ciertos productos gourmet, si comer es tu pasión. Además, si llevas un kilo de ostras a una cena y algún miembro de tu familia te dice que donde esté una tortillita de camarones que se quite esa guarrería, te vas a pillar un rebote fino.
Cocina en casa
Huelga decirlo. Si bien es complicado encontrar el tiempo, cocinar los platos de Navidad en casa es un ahorro importante frente a la posibilidad de comer fuera o comprar platos preparados. Por mucho que te pongas a sumar gastos de luz, compra, tiempo y demás, el coste inmediato es inferior. Claro que, si en más de una ocasión ha habido cenas familiares tensas por el tema de quién se encarga o no te queda otra, igual también puedes incluir lo de cenar en un restaurante en Nochevieja en tu plan de ahorro pre y pro-navideño.
Por supuesto, todo lo que puedas hacer en casa al más puro estilo manualidades y craft, es bienvenido y, generalmente, muy apreciado, tanto porque suele ser pasar tiempo en familia como por el cariño.
Bonus track: no olvidemos el leitmotiv
De nuestros consejos para ahorrar en Navidad, este es el más relevante, en realidad. Aquí de lo que se trata es de pasar momentos en familia y disfrutar de lo que sí tenemos, sin poner tanto el ojo en lo que nos falta. Además, siempre somos más indulgentes con el uso y abuso del azúcar en Navidad, y es más fácil ver a gente que no ves casi nunca, dos cosas muy valorables. Eso sí que hace las navidades algo bueno, bonito y barato. Ya lo dice Mariah que lo peta con sus royalties cada año en el último trimestre fiscal: all I want for Christmas is you.