La Navidad no es la mejor época para cuidar la línea, eso lo tenemos claro. Es más bien época de excesos alimenticios por excelencia, aunque también un momento para dar lo mejor de nosotros en la cocina, todo sea dicho. Entre día festivo y día festivo vuelan polvorones, calendarios de adviento con chocolate, mantecados, roscos de vino (nunca hay que olvidar lo buenos que están los roscos de vino) y una abrumadora variedad de turrones.
Cuidar qué comemos se vuelve aún más complicado en el caso de los niños. Son sus fiestas, son sus dulces y es su momento pero ¿debemos decir adiós a una dieta saludable durante todas las Navidades?¿Hay que elegir entre diversión y alimentación sana? En absoluto, y te contamos el porqué.
Trucos para la alimentación de los niños en Navidad
Si quieres garantizar una dieta sana en esta época, es importante que lleves a cabo un buen plan de alimentación para los niños. Disfrutan además de más días de fiesta que los adultos y es cierto que este año no han podido correr y jugar todo lo que hubiera sido deseable. Pero con seguir unas reglas y no caer en la tentación de sobrecompensar por aquello de que ha sido un año duro, podemos lograr mantener unos hábitos de consumo sanos y responsables para todos.
Dejar los dulces para el final
A pesar de que se puede encontrar turrón en cualquier época del año, no es habitual que compremos turrón de Alicante en agosto. No comiences a comprar dulces antes de tiempo y hasta enero. Alarga el momento de la compra lo que sea posible, unos días antes de Nochebuena es suficiente y además se conservará la magia de ser algo especial adherido a la época navideña.
Como el resto del año, trata de que que no piquen constantemente entre horas para que sigan el plan de comidas habitual. Cuidado también con la ingesta de refrescos industriales.
Sustituye unas elaboraciones por otras
Una buena solución para que los niños disfruten de la comida esta época de una manera saludable es crear nuestros propios dulces navideños. Y no nos referimos a que el repollo sea el nuevo turrón de chocolate: hablamos de dulces buenos, bonitos y baratos hechos en casa, desde galletas a tartas o incluso helados. Pueden incluso ayudarte ellos para convertirlo en algo más especial aún.
Cocinando tus propios dulces controlarás mejor la cantidad de azúcar y mantequilla, la calidad de los ingredientes y el tipo de aceite.
Piensa en los alimentos para la infancia en la comida de Navidad
Muchas veces los niños no toman los mismos platos que nosotros en Navidad porque no son de su gusto. Lo que hacemos es sustituirlos por productos preparados congelados o cárnicos elaborados de forma atractiva para ellos como nuggets, croquetas, salchichas o hamburguesas, que consideramos alimentos adecuados para la infancia… y no lo son. Como en nuestro caso, ha de ser algo ocasional.
Elabora un menú sugerente para ellos y saludable a la vez. Prueba con embutidos ligeros como el pavo, patés vegetales o huevos rellenos de atún con mayonesa casera. También puedes elaborar tu propia comida rápida en casa.
Elige la ensalada o las verduras como guarnición y apuesta por los pescados en lugar de la carne. Además, puedes hacer decoraciones bonitas para crear platos más atractivos visualmente.
Cantidades de comida
Si la comida del 24 o la cena del 31 dejas todas las bandejas a la vista para que tu hijo coja lo que quiera, va a comer mucho más. Sírvele un poquito de todo en un plato no demasiado grande. Es la mejor forma de que pruebe de todo, también de que comparta con los demás y no acabe impulsivamente con aquello que más le guste sin que el resto lo pruebe. Una mezcla de modales en la mesa, cuidar de la alimentación y trabajar el espíritu navideño al mismo tiempo.
Una comida más ligera al día siguiente
Si a pesar de controlar lo que ha comido durante las cenas y comidas navideñas, tu pequeño se ha pasado un poco, podéis compensar todos haciendo una dieta más ligera el resto de días. Ni que decir tiene que la apuesta principal es la fruta y la verdura diaria, pero también beber más agua.
Como además también son días donde el tiempo es un valor escaso, siempre es buena solución dedicar un día a la semana a hacer comidas y congelar. O se puede optar por recetas fáciles y saludables que llevan mucho menos tiempo del que creemos.
Cambia el menú por uno más sano
Hacer unos cambios en el menú navideño puede ser una buena solución para mantener la línea de tus hijos y, del mismo modo, cuidar la de los mayores. No se trata de prescindir del jamón pero sí, por ejemplo, de usar más el horno y desplazar a los fritos. El marisco, untables hechos en casa o una buena ensalada son entremeses estupendos para arrancar una cena y comida navideña.
En cuanto a los postres caseros, modifica su receta: elimina algo de azúcar y sustituye parte de esta por un edulcorante natural como la estevia.
No te olvides del ejercicio físico
No es la mejor época para practicar deporte, por muchas razones. Aún así, es importante encontrar hueco para el ejercicio físico durante las fiestas. Así que nos toca de nuevo ser un poco ingeniosos. Si es posible salir a la calle a pasear y a jugar con los niños, es bueno hacerlo una vez al día cumpliendo con todas las medidas estipuladas. Muchos barrios tienen escaparates con decoración navideña y luces, así que no es necesario desplazarse lejos para disfrutar de este aspecto de la Navidad.
En casa, dentro de las posibles limitaciones de espacio, podéis desarrollar juegos algo más activos con el cuerpo. Estamos seguros de que los vecinos de abajo sabrán entender las circunstancias mientras se respete la hora de la siesta (todo tiene un límite, claro).
Haz que sigan su rutina diaria
Las vacaciones navideñas no significan un descontrol en casa. Es muy importante que los niños sigan sus rutinas diarias y más en cuanto a alimentación se refiere. Sigue los mismos horarios, el mismo plan de comida incluyendo meriendas saludables sin dulces navideños, y no caigas en la tentación de sacar una bandeja de turrones y otros dulces después de una cena en día no festivo.
Cuidado con los regalos navideños
Cuando los familiares no saben qué regalar a nuestros hijos por Navidad, muchas veces optan por chocolate, una bolsa de chucherías o dulces por el estilo. La intención es buena pero las consecuencias no tanto. Es importante controlar las cantidades que toman al día y concienciarles de por qué ha de ser así.
Sé su modelo a seguir
Los niños suelen aprender más por imitación de las conductas de los mayores que por lo que les decimos, así que predica con el ejemplo. Haz ver a tu hijo que cuidas tu alimentación, que tomas los dulces con moderación y que tu plato no parece el de un usuario de buffet libre. Y aunque es muy tentador llenarles de regalos y de dulces estos días, no olvides que al final todo lo que quieren para Navidad es a ti, ya lo dice Mariah Carey todos los años.